Mundo al revés

World upside down Mundo al revés

Jesús Sánchez Meleán

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El gobernador Polis firmó la ley HB23-1213 que contó con el apoyo tanto de congresistas demócratas como republicanos. Esta ley crea un programa para suministrar hasta 2.800 equipos para el control de hemorragias. Los equipos van dirigidos a las escuelas de Colorado. Las escuelas no están obligadas a recibir e instalar esos equipos. Pero, la ley exhorta al Departamento de Salud de Colorado (CDPHE) a motivar a las escuelas a recibir y a adiestrar a su personal y a sus estudiantes en su uso.

Esta legislación me produce sentimientos encontrados. Creo que es importante el prepararse para situaciones que pueden ocurrir en cada momento. Mary Bradfield, representante republicana de Colorado Springs, expresa esta visión. “Nadie debería morir por una hemorragia, ya que hay formas de prevenirlo. Esta es una situación en la que todos ganan para cualquier persona en una escuela que pueda sufrir una lesión potencialmente mortal”, aseguró esta republicana que patrocinó la legislación.

Mundo al revés

El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU tiene el programa “Stop the Bleed” por lo cual esta legislación de Colorado implementa ese programa localmente. El gobierno federal norteamericano diseñó ese programa en respuesta al tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut en 2012. Allí murieron 20 estudiantes y seis administradores. Los proponentes de la legislación aseguraron que el acceso a este equipamiento es urgente en vista del incremento en el número de tiroteos en las escuelas de los Estados Unidos.

Aquí está el problema. Es cierto que una buena política debe permitir el responder efectivamente a situaciones previstas. Sin embargo, la aprobación de esta ley también significa que las autoridades norteamericanas se sienten impotentes e imposibilitadas para frenar las masacres en las escuelas de los Estados Unidos. El colgar los equipos para prevenir las hemorragias y el entrenar a los estudiantes a cómo usarlo es una tácita aceptación sobre la nula posibilidad de corregir la fuente del problema.

Las armas seguirán llegando a las manos equivocadas y serán manipuladas por aquellos que no tienen las condiciones emocionales para usarlas. El admitir y sujetarse a la realidad es duro. En el futuro cercano, será más útil el pensar en instalar los 2.800 equipos para controlar las hemorragias en las escuelas que el hacer más difícil el acceso a las armas a los estudiantes. Estamos en presencia de un mundo al revés. Se presta atención a los síntomas y se sigue posponiendo el atender a las causas de la violencia y las muertes causadas por las armas.

Jesús Sánchez Meleán

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