
El centro de nuestros comentarios de esta semana es el cantante Bad Bunny. La vida del cantante boricua a estado saturada de acontecimientos recientes. Primero su inesperada operación de apéndice. Segundo, su muy comentada sesión de fotos como modelo para la revista Playboy. Pero, ha sido el tercer evento, el que más polémica ha causado.
El puertorriqueño se llevo el premio que otorga La Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (Ascap) como mejor compositor del año. Este niño no ha dejado pa’ nadie. Duélale a quién le duela Bad Bunny es el favorito de la juventud latina. El ha traspasado el umbral latino para convertirse en figura internacional. Es artista mundial con más descargas en spotify.
Quienes lo critican aseguran que sus letras no se caracterizan por su gran elaboración. Su contenido muchas veces transgrede lo que llamaríamos “la moral tradicional”. Muchos de mis amigos puertorriqueños han declarado que es una vergüenza este premio porque “la poesía y el romanticismo murieron con Bad Bunny”. También lo tildan de superficial. Y claro, esto es lo que opinan los rucos.

Yo le quiero echar mas leña al fuego y salgo en su defensa. Nosotros los jóvenes, los “millenial”, lo adoramos. Este cantante dice lo que nadie se atreve a pronunciar. Es que nosotros los chamacos no queremos letras tristes y melancólicas. A nosotros los que nos gusta es divertirnos y perrear. Y ¿quién mejor que Bad Bunny para una buena pachanga?

Y no puedo dejar de mencionar que este boricua ha presentado propuestas interesantes en sus videos. El ha defendido el derecho de las mujeres a ser libres y a independizarse del machismo. En Su disco YHLQMDLG Benito que es el verdadero nombre del Conejo Malo rompe con todo y da rienda suelta a su creatividad. Hace lo que le da la gana y ese desenfado le ha dado resultado.
Bad Bunny quiso romper los estereotipos de género vistiéndose con faldas y pintándose las uñas o luciendo otro tipo de prendas asociadas al género femenino, defiende los derechos de las personas LGTB. Este cantante de música urbana llego hasta cancelar varios de sus conciertos solo para apoyar las reivindicaciones políticas de su país.
Y por allí puedo seguir enumerando las virtudes de Bad Bunny. Para ser honesto debo decir que no es lo mismo hacer un buen performance que ser un buen compositor. Sus temas son pegajosos y los vivo cantando, pero no creo que sean unos clásicos para ser premiados. Creo que esos paisanos de Bad Bunny de la Ascap no le han hecho ningún favor al artista. Pero, son cosas que pasan. Y a perrear que seguimos de cuarentena.
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