Jesús Sánchez Meleán
Las atrocidades cometidas por Putin nos han permitido ver en “vivo y directo” el impacto de una guerra. Estoy seguro de que muchos de quienes me leen vieron la película “Pelotón”, en los años 80 y más recientemente se sorprendieron con la magistral “1917”. Pero, ver los videos y las imágenes de Mariúpol, en Ucrania, nos permiten entender que la realidad supera la ficción y que la devastación que genera una guerra es inconmensurable.
En el presente estamos viendo como la pandemia del covid-19 ha provocado consecuencias muy parecidas a la de la guerra emprendida por Putin. Basta ver que en EEUU han muerto más de un millón de personas producto del coronavirus. Y esa cifra sigue en aumento porque, aunque las nuevas cepas del virus son menos mortales, hay personas con enfermedades pre-existentes o con una edad avanzada que siguen en riesgo si contraen el virus.
El virus en su primera etapa, cuando era terriblemente letal y no se tenían ni vacunas ni medicamentos para prevenir sus estragos, motivó una paralización de la economía mundial. Para volver a encender la “locomotora” de la producción mundial la mayoría de los países debieron poner a circular dinero. Con ese dinero circulando, la gente pudo adquirir todos aquellos insumos que no pudo obtener durante la primera etapa de la pandemia.
Ese “calentamiento” de la economía comenzó a tener efectos. La capacidad de comprar parece haber excedido la capacidad de la economía mundial para proveer con productos y servicios a los habidos consumidores. La consecuencia natural ha sido una inflación acelerada y no vista en el mundo desde principios de los años 90 del siglo pasado. Y las respuestas para controlar esa inflación también han sido históricas. Ahora se debe encarecer el dinero para reducir el gasto.
Hasta el día de hoy, la Reserva Federal (FED) de los EEUU ha incrementado en tres oportunidades el tipo de interés oficial. La FED anticipa que habrá un cuarto incremento en julio de 2022. El más reciente incremento fue de 0,75 puntos en el tipo de interés oficial que es considerado el mayor aumento en 28 años. Mientras, el Banco de Inglaterra elevó los tipos de interés en el Reino Unido del 1 por ciento al 1,25 por ciento, su nivel más alto en 13 años.
Las autoridades de Hong Kong también acaban de anunciar una subida de 75 puntos básicos del tipo de interés un alza similar a la de la FED norteamericana para combatir la inflación. Acciones similares ya están siendo consideradas en Austria, el norte y el sur de África, y en los países de las América. Estas en presencia en los efectos de una devastación económica planetaria. Hay que tener cuidado al pasar por alto que vivimos en una economía globalizada.
A esta tragedia económica mundial se le suma el impacto del precio del combustible. En este aspecto si hay que atribuirle el 90 por ciento de la responsabilidad al canalla de Putin. El alto precio de la gasolina en los Estados Unidos, en Europa, y en las Américas, tiene gran relación con el conflicto desatado por Rusia principio del 2022. Este no debe ser un momento de pánico. Por el contrario, se deben entender claramente los hechos de manera de tomar las mejores decisiones.
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