Mirar para arriba

Jesús Sánchez Meleán

Me gustó mucho el ver la película de Netflix “Don’t Look Up”, o “No mires para arriba” Ese fue mi entretenimiento familiar en el día de navidad. Las actuaciones de Leonardo Di Caprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, y Kate Blanchet fueron extraordinarias. No solo entraron en los personajes sino también aportaron una caracterización particular en la tarea que les encomendaron.

Lo importante de esta película, sin embargo, no fue solo esa larga estela de estrellas de la actuación. El argumento me movió el piso. Me hizo reflexionar sobre eso riesgos diarios que corremos sin darnos cuenta. Lo más aleccionador es que muchos de esos azares los podemos detectar porque hay señales que los delatan. En la película esas señales estaban en el cielo. Solo había que mira arriba para encontrarlas.

De la misma manera identifico claras señales que me indican muy grandes riesgos para la sociedad en la cual vivo. Veo que una corriente de barbarismo e incivilidad toma fuerza ante la quietud de muchos a quienes les tocaría corregirla. Un expresidente anuncia que el 6 de enero va a celebrar el primer aniversario del mayor ataque a la democracia de EEUU en doscientos años.

Nadie en su partido le ha salido al paso para evitar o contrariar ese celebración. Ese hecho ocurrido al inicio del 2021 buscaba detener un procedimiento constitucional que otorgaba el reconocimiento final al ganador de unas elecciones presidenciales limpias, transparentes y legítimas. Con el auspicio de un presidente en ejercicio, se intento contrariar el resultado de las elecciones.

Entre el 4 de noviembre y el 6 de enero, 38 tribunales del país determinaron que las impugnaciones u otras querellas sobre las elecciones en distintas áreas del país eran infundadas. Meses después dos de los abogados que llevaron a tribunales esas causas superfluas pidieron disculpas y hasta llegaron a decir que ellos sabían que no había causa que juzgar en sus querellas.

Al ver que la vía judicial se había cerrado se buscó lograr un resultado por la fuerza. Todos presenciamos como aquel fatídico 6 de enero, las turbas de partidarios del presidente en ejercicio, portando franelas y gorras de color rojo sangre, irrumpieron en el Capitolio Federal. Aquella tarde violaron el sagrado recinto de la democracia que alumbra la civilidad en el mundo entero.

Muchos de los ejecutantes aquella barbarie han tenido un castigo. Desde aquel día hasta la fecha, unas 630 personas han sido procesados por delitos federales. Unas 120 personas de ese grupo se han declarado culpables. Las autoridades indican que otras 1300 personas tienen causas abiertas y en proceso por su comportamiento de aquel día.

Las familias de cinco policías muertos a manos de la turba con franela roja están viendo como se castiga a todos los involucrados en esos hechos vandálicos. Lo que todavía no ha ocurrido es la imputación todos aquellos que incitaron los acontecimientos. Yo espero que eso ocurra más temprano que tarde y busco las señales mirando para arriba. Que triste seria que los incitadores queden impunes.

Jesús Sánchez Meleán