¿Cuerdos o chiflados?

¿Cuerdos o chiflados?

Jesús Sánchez Meleán

El exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, y los senadores Lindsey Graham y Rand Paul están cada uno en una cruzada muy importante. Si cada uno de ellos resultara victorioso y sus argumentos resultan ciertos, ellos deberían ser considerados los nuevos súper héroes de la época contemporánea de los Estados Unidos. Pero, si ellos no están en lo cierto, se esperaría que pidan disculpas en público y por twitter por los daños tangibles e intangibles que sus argumentos están causando en la sociedad norteamericana.

Empecemos por Giuliani. Él está a cargo de las querellas judiciales de la campaña de Donald Trump contra las autoridades electorales de al menos 9 estados de la unión americana. En esa condición, la de abogado en jefe, Giuliani intenta probar que hay interferencia extranjera en el proceso de conteo de los votos que los norteamericanos emitieron. El asegura que eso no es nuevo y que es algo así como un mal endémico del sistema electoral en EEUU. No se refiere este abogado a que sean los rusos, los chinos, o los iraníes quienes estarían practicando esta maldad.

Siendo más especifico, Giuliani afirma que unos 28 estados norteamericanos, han permitido que los votos en sus jurisdicciones sean enviados, en forma virtual hasta Alemania, y luego hasta España, para ser contados. Según esta denuncia de Giuliani, un software de nombre Smartmatic, tiene la capacidad de alterar la voluntad popular de millones de norteamericanos. La empresa dueña de Smartmatic sería propiedad de accionistas que son “socialistas” y que provienen de “Repúblicas Bananeras”, vocifera el abogado.

La denuncia de Giuliani implica que todos los funcionarios a cargo de las elecciones en esos 28 estados son ilusos, ineptos, y hasta podrían ser descritos como “eunucos” en material electoral, claro. ¿Es posible que oficiales republicanos y demócratas en más de la mitad de los estados de la unión americana no hayan detectado la fragilidad de sus sistemas electorales? La confirmación del argumento de Giuliani podría ser un parteaguas en material electoral en el país con la democracia más avanzada y estable del mundo.

La cruzada de Graham también ocurre en el tema electoral. Este senador de Carolina del Sur asegura que los votos emitidos por correo tienen una condición diferente a los emitidos en persona. Ese criterio se lo expresó, por teléfono, a Brad Raffensperger, Secretario de Estado de Georgia. Raffensperger, a cargo del proceso electoral del sureño estado, denunció haber sido intimidado por Graham al pedirle que procediera a eliminar los votos que fueron recibidos por correo por ser irregulares.

Raffensperger, se aseguró de tener un testigo de ese supuesto acto intimidatorio de parte del senador Graham. El testigo de la conversación fue Gabe Sterling, gerente del proceso de elecciones en Georgia. Graham niega el haber tenido un tono intimidatorio en su llamada. Pero, de todas maneras, su cuestionamiento a la legalidad del voto por correo es lo importante aquí. ¿Tienen o no la misma legalidad los votos emitidos por correo y en persona en EEUU? ¿Son las autoridades electorales incapaces de procesar correctamente los votos por correo?

La respuesta a la duda sembrada por Graham seria otro hito en la historia política en EEUU. Por último, veamos en lo que anda el senador Paul. El senador por Kentucky fue el primer integrante de la cámara alta en contraer el coronavirus por allá por marzo de 2020. En teoría, él ya está inmune al virus. No se ha notificado si le ha repetido o no. Menos se puede llegar a saber si él ha ayudado a contagiar o no el virus. Los estudios actuales no permiten saber todavía si quien ha tenido el virus lo puede propagar o no.

De todas maneras, esa condición de inmunidad de la que goza el senador Paul puede que haya contribuido a su visión crítica sobre las actuales estrategias de contención que se aplican en EEUU.  Paul considera que el practicar la distancia social; el lavarse las manos; y el ponerse máscaras es algo inútil para prevenir el virus. También considera que los cierres de los negocios son contraproducentes y resalta que las escuelas deben seguir abiertas por que los niños no son trasmisores el virus. Es más, Paul dice que es tiempo de que todos nos vayamos de farra.

Es que este senador, quien es oftalmólogo de profesión, dice ver con claridad meridiana que la estrategia aplicada en EEUU ha fracasado porque va en la dirección incorrecta. Paul es partidario de la “inmunidad del rebaño”. Según esa teoría, la única forma eficiente de derrotar al covid-19 sería dejar que se contamine el mayor número de personas, en el menor tiempo posible. Esa seria la verdadera protección. Y esa inmunidad ocurriría mucho antes que de pueda llegar a vacunarse a millones de personas en los EEUU.  Según Paul, eso de hacer pruebas es botar el dinero.

En los países escandinavos aplicaron esas teorías y se vieron obligados a retroceder en vista de la muy alta tasa de fallecimientos. ¿Ha considerado Paul lo sucedido en esos países? En una agria discusión en el senado norteamericano, Anthony Fauci, inmunólogo de mil batallas, le explicó a Paul que el inmunizar” a toda la sociedad norteamericana, en forma natural sin tener una vacuna, significaría el tener que atender más de seis millones de infectados en un solo momento. ¿Tiene el senador Paul alguna respuesta para un experto del tamaño de Fauci?

Los argumentos de Giuliani, Graham y Paul parecen contundentes y de ser probados van a cambiar el mundo. Pero, si sus afirmaciones llegan a ser contrariados por la ciencia, los datos, y la realidad, ellos pasaran a ser la versión contemporánea de “Los Tres Chiflados”.

Jesús Sánchez Meleán

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