Con un tablero internacional

With an International Board Con un tablero internacional

Jesús Sánchez Meleán

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La democracia se encuentra en juego, pero no en un juego pacífico de ajedrez, sino en una contienda repleta de estrategias retorcidas y movimientos poco convencionales. Nicolás Maduro, el salvaje líder del chavismo que aspira ser electo para un tercer período presidencial, se encuentra frente a María Corina Machado, una firme defensora de la democracia venezolana y candidata presidencial electa por la oposición.

El juego electoral en Venezuela, durante los últimos 25 años, ha estado lejos de ser justo y equitativo. Maduro, como un hábil ajedrecista, juega con ventaja, cambiando las reglas a su antojo y seleccionando a sus competidores. En esta ocasión, su estrategia incluyó la inhabilitación de Machado, quien obtuvo el 80 por ciento de los votos de la oposición venezolana en unas elecciones primarias.

Maduro, al igual que su predecesor hizo con sus contendores, ha utilizado todas las artimañas a su disposición para evitar la participación electoral. Al imponer un contendor derrotable, “o potable” como lo llama el chavismo, está creando el desánimo y dividiendo el sector opositor. Pero, lo que realmente hace Maduro es cerrarle el paso a la verdadera opción de cambio en Venezuela. La victoria de Machado significa el rescate de la democracia en Venezuela.

El dictador venezolano en esta oportunidad le da la espalda a los compromisos que hizo con la oposición en frente de gestores internacionales. Es que la contienda venezolana también se juega en un tablero que trasciende las fronteras de Venezuela. La presión internacional, liderada por importantes aliados de Maduro como Lula Da Silva de Brasil y Gustavo Petro de Colombia, aseguró al menos una mínima victoria para Machado.

Lula y Petro hicieron que Maduro permitiera que luego de vencer el plazo para registrar candidatos presidenciales se inscribiera un nombre para al menos cuidar la tarjeta de coalición opositora en la boleta electoral. Sin embargo, el régimen de Maduro sigue resistiéndose a permitir que Machado o Corina Yoris, a quien ella escogió como su representante en la elección presidencial, puedan participar como candidatas presidenciales.

Machado sigue utilizando todos los recursos a su disposición. En reciente carta, Machado insta al primer ministro noruego a garantizar unas elecciones libres y justas en Venezuela. Noruega fue el garante de un mecanismo de dialogo entre la oposición y el régimen Chavista. La líder opositora detalla todas las acciones de las cuales ha sido víctima y denuncia la persecución política que ella y su equipo están sufriendo.

La aspirante presidencial insiste que busca el que puedan tener lugar unas elecciones libres y justas y queda claro que los actores internacionales son críticos para poder lograrlo. Machado no tiene libre tránsito en Venezuela. Ella no puede movilizarse por avión dentro del país y mucho menos puede viajar al exterior. Los medios de comunicación privados la tienen vetada porque de lo contrario serian retaliados por el régimen chavista. 

Aun con todas esas restricciones, Machado es el único referente serio dentro del voto opositor en Venezuela. Se puede decir que todos los otros que dicen ser lideres opositores son en realidad “fantoches”.  Este juego político no es pacífico, pero queda claro que Machado está jugando y que quedan poco más de tres meses para ver si logra darle jaque mate al dictador chavista y a sus secuaces.

Jesús Sánchez Meleán

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