México con presidente Emérito

México con presidente Emérito

Jesús Sánchez Meleán

El primer encuentro entre Claudia Sheinbaum y López Obrador ha despertado una serie de preguntas. Para muchos analistas, el retiro de AMLO es una idea aún por verse. Comparan su situación con la de Maximiliano Calles a principios del siglo XX, cuando Calles, resistiéndose a abandonar la política, dio origen al término “Maximato”. En este contexto, algunos críticos han comenzado a hablar despectivamente del “Obradorato”, sugiriendo que AMLO podría seguir ejerciendo influencia en el gobierno desde Palenque, Chiapas.

Sin embargo, yo, al igual que otros, creo que AMLO realmente tiene ganas de retirarse y descansar. Dos señales recientes apoyan esta teoría. Primero, AMLO ha lanzado a sus hijos al ruedo de la política, dándoles la oportunidad de limpiar su imagen tras las acusaciones de corrupción relacionadas con contratos públicos, como la compra de piedra caliza para el Tren Maya. Al hacerlo, AMLO les ha otorgado carta blanca para entrar en política, con la condición de que lo hagan cuando él se retire.

La segunda señal es la aceptación de AMLO de que Sheinbaum someta a discusión el “Plan C”, una serie de reformas constitucionales que incluyen la elección popular de jueces. A pocas horas de confirmarse la victoria de Claudia y de Morena, AMLO indicó que las reformas, particularmente la reforma judicial, eran el mandato popular. Este comentario provocó la caída del mercado bursátil mexicano y del valor del peso, lo que llevó a AMLO a arremeter contra los mercados.

Sin embargo, al reunirse con la presidenta electa, su tono fue diferente, mostrando una disposición a permitir una amplia consulta sobre estas reformas. En su conferencia, Sheinbaum destacó que AMLO estuvo de acuerdo en que la consulta sobre las reformas se realice en todo el país antes de la entrada del nuevo Congreso el 1 de septiembre. Esta consulta incluirá a barras de abogados, facultades de derecho, ministros, magistrados y trabajadores del Poder Judicial, asegurando un diálogo amplio y participativo.

Aunque es prematuro asegurar que AMLO se retirará tranquilamente a Palenque para disfrutar de la lectura y la hamaca, las señales indican que podría estar listo para dejar el poder. Sin embargo, la duda persiste sobre si su influencia continuará marcando la política mexicana. Por ahora, y por si acaso, empezaré a llamarlo presidente Emérito. Está claro que se retira, pero queda por ver si el “gustico” de influir en la política mexicana sigue siendo demasiado tentador para resistirlo.

Jesús Sánchez Meleán

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