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BUSQUE ASESORÍA PARA MITIGAR LOS RIESGOS PARA SU PROCESO DE CIUDADANÍA.
Por Héctor Quiroga/ Abogado de inmigración
En un contexto político marcado por tensiones crecientes, los residentes permanentes legales en EE. UU. enfrentan incertidumbres sobre su futuro, especialmente con el retorno de Donald Trump al escenario político. El temor a que antecedentes penales complicados puedan derivar en consecuencias legales graves ha llevado a muchos inmigrantes a dudar o evitar iniciar el proceso de naturalización. Sin embargo, este miedo puede ser superado con información y asesoría adecuada.
Es esencial entender que las leyes migratorias no buscan castigar el pasado, sino garantizar que los solicitantes cumplan con los estándares legales establecidos. Ignorar el proceso de naturalización por temor puede convertirse en una decisión más perjudicial que beneficiosa. Las leyes están diseñadas para proteger a quienes buscan la ciudadanía siempre que cumplan los requisitos y procesos estipulados. Dejarse paralizar por el miedo no es la solución.
Temor por sus antecedentes penales
Uno de los principales factores que disuaden a los residentes legales de buscar la ciudadanía es el temor a los antecedentes penales. La Ley de Inmigración y Nacionalidad establece que ciertos delitos, especialmente aquellos clasificados como “crímenes de vileza moral” o felonías graves, pueden poner en riesgo el estatus migratorio de una persona. Sin embargo, el sistema legal ofrece alternativas para mitigar estos riesgos, siempre que se cuente con el apoyo de asesoría especializada.
Existen procesos legales que permiten evaluar la gravedad de un delito y determinar si es posible buscar una exoneración o solución dentro de los parámetros legales existentes. Esto incluye el análisis detallado de cada caso, identificando si los delitos pasados realmente representan un obstáculo para la naturalización o si pueden ser considerados excusables según las leyes vigentes.
Evite los malentendidos
La falta de información sigue siendo un gran obstáculo para los residentes permanentes. Muchos no conocen los recursos legales disponibles, lo que los lleva a asumir que cualquier antecedente penal, por menor que sea, automáticamente los descalifica. Este malentendido perpetúa el miedo y la inacción, alejando a los inmigrantes de la oportunidad de asegurar su futuro a través de la ciudadanía.
El regreso de Trump a la arena política también ha reavivado las preocupaciones en torno a políticas de deportación más estrictas. Durante su primer mandato, el expresidente priorizó la deportación de inmigrantes con antecedentes penales, sin importar la gravedad de los delitos. Ahora, sus declaraciones sugieren que podría adoptar una postura aún más dura. Ante este escenario, los residentes legales deben actuar con rapidez y estrategia.
Nuevas prioridades
Las leyes no cambian de la noche a la mañana, pero las prioridades sí. La mejor defensa es la acción informada y proactiva. Para millones de inmigrantes, la naturalización representa más que un paso burocrático; es la culminación de un sueño y una herramienta para asegurar estabilidad frente a las adversidades. La clave está en enfrentar los miedos, buscar apoyo especializado y no renunciar a un derecho que puede transformar sus vidas.
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