Cuidados paliativos

Cuidados paliativos

Jesús Sánchez Meleán

Jimmy Carter decidió pasar sus últimos momentos, que pueden ser días, meses, ojalá fuesen años, junto a sus familiares, pero lejos de los hospitales. El anciano expresidente norteamericano no solo sufre los padecimientos más probables a los 98 años. En 2015, se sometió a un tratamiento de cáncer una vez que le extirparon parte de su hígado. El cáncer hizo metástasis en el cerebro. Luego del tratamiento los médicos le dieron la remisión total. Pero, luego vinieron las caídas. En una de esas caídas, la de 2019, se fracturó la pelvis.

El anunciar que le aplicarán solo cuidados paliativos significa que procedimientos intrusivos pueden ya ser infectivos para curar algún padecimiento mayor. No se le puede acusar de falta de valentía. No habrá un mejor lugar en el mundo para que Carter pase ese tiempo. Este norteamericano escogió estar con Roselyn su esposa, sus hijos y nietos. Y escogió volver a Plain, al suroeste de George, a 4 horas de Atlanta. Visité ese lugar cuando fui uno de los becarios del Centro Carter en el verano del 2006.

En ese poblado nació. Allí tiene su pequeña finca. Allí prepara sus barbacoas, debajo de los arbustos que protegen de un inclemente sol que mantiene sometida un área casi desértica. Allí lo escuché contar como se escapaba para la casa de los trabajadores que le enseñaron como usar las herramientas para cultivar el maní. Allí lo vi conducir un servicio dominical en la Iglesia Bautista de Maranatha que tiene paredes pintadas de verde. Allí pude conversar con él sobre su libro “Palestine: Peace Not Aparthei” y le pedí sus pronósticos sobre la pesadilla venezolana.

Cuidados paliativos

Puedo concluir que tuve contacto, gracias a Dios, con un ser humano excepcional, íntegro y servicial. Carter es un digno representante de los valores fundamentales y eternos de la sociedad norteamericana. Asumió el compromiso de compartir con el mundo la única fórmula efectiva para solucionar los conflictos: las elecciones libres y justas. Presentó como ejemplo las sagradas elecciones norteamericanas para que sirvieran de modelo a emular. Observó elecciones y expresó su desacuerdo cuando los procesos electorales se descarrilaron.

Este paladín de la democracia en el mundo recibe cuidados paliativos al mismo tiempo que el sistema electoral norteamericano se encuentra en un momento crítico. Espero que esta etapa del expresidente Carter se extienda por todo el tiempo que Dios quiera. Y por otra parte, también me gustaría ver que no va a hacer falta el aplicarle los cuidades paliativos al sistema electoral en los EEUU. Espero que aquellos que de manera osada e irresponsable pusieron en duda las elecciones en Norteamérica recapaciten o pierdan peso ante la opinión pública.

Jesús Sánchez Meleán

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