Perder el miedo

El primer estadounidense se vacunará en las próximas horas Perder el miedo

Jesús Sánchez Meleán

Ha causado gran satisfacción esa disposición de los expresidentes norteamericanos de ofrecerse para ser vacunados contra el covid-19. Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama incluso han dicho que se van a vacunar frente a las cámaras. Los tres ya hablaron Anthony Fauci, principal epidemiólogo del país, y están muy confiados sobre la seguridad de la vacunas que hasta el momento han desarrollado tres laboratorios de capital multinacional. 

Esa declaración de los expresidentes se agradece en vista que gran parte del público norteamericano se niega a ser vacunados cuando les corresponda. Esa desconfianza tiene un fundamento. El presidente saliente, Donald Trump basó la etapa final de la campaña electoral presionando a los laboratorios para que anunciaran los resultados de la fase antes del 3 de noviembre.

No eran pocos los que pensaban que las vacunas serían el resultado de un procedimiento expreso para poder apoyar una potencial reelección de Trump. Luego, el propio presidente saliente acusó a los laboratorios de retrasar el anuncio para perjudicarlo. En pocas palabras, Trump mezcló el desarrollo de las vacunas con su batalla para ser reelecto en la presidencia. Esta retórica del presidente trajo consecuencias al haber estimulado la imaginación del público.

Buena parte de los norteamericanos tienen una explicación para justificar su incredulidad sobre la vacuna. Cada uno tiene también su propia teoría conspirativa, bien estrafalaria, para negarse a ser vacunado. Hoy día, cerca del 40 por ciento del público se resiste a ser vacunado. Sin embargo, también debo decir que esta resistencia a la vacuna tiene mucho que ver con la naturaleza humana. En países europeos y latinoamericanos la mitad de la población no quiere vacunarse.

Esta actitud hostil contra la vacuna del covid-19 obligó a Hans Kluge, directivo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a expresarse. “No sean parte de una infodemia de desinformación. La vacunación salva vidas, el miedo las pone en peligro”, advirtió Kluge. Lo importante es que Klude introduce un nuevo termino, infodemia. Y yo me a apropiar de el. Esa palabra me va a permitir entender por cual razón el publico no le presta atención a información que si vale.

Las vacunas contra el covid-19 representan un gran avance en el campo de inmunología. Los epidemiólogos han explicado que las vacunas de Pfizer, Moderna y Oxford son muy avanzadas por lo cual no ha sido extraño el nivel de efectividad que han mostrado en las pruebas. Los expertos aseguran que estas vacunas no tienen por qué conferir una inmunidad más duradera, pero al menos van a permitir solucionar la crisis.

Debe también decirse que los laboratorios resistieron todas las presiones de Trump y acordaron el seguir paso a paso todos los protocolos para probar las vacunas. Estos laboratorios no se saltaron ni un solo paso y por lo tanto los anuncios sobre la efectividad son ajustados a la verdad científica. Esos procedimientos deben generar confianza. Y como si fuera poco, la Food and Drug Administration (FDA) también detuvo apuro de Trump para la aprobación de la vacuna.

La FDA está siguiendo los procedimientos para aprobar el que se administre la vacuna. Ese organismo analizará los resultados de la vacuna de Pfizer el próximo 10 de diciembre. Y una semana después va a considerar los resultados de Moderna. Esta seriedad en la toma de decisiones debería generar confianza en el público. Pero, sigo notando que el público sufre la enfermedad que Kluge llega infodemia. También puedo concluir que a la gente le gusta el vivir en una realidad paralela, esa que algunos llaman la verdad alternativa que esconde el miedo.

Jesús Sánchez Meleán

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