Por si acaso

Por si acaso

Jesús Sánchez Meleán

Fue multada con 32 mil dólares una mujer que se negó a usar tapabocas a bordo de un avión de la línea JetBlue. Esta ciudadana norteamericana abordó la aeronave en República Dominicana con destino a Nueva York. Esta penalidad no tiene campo para el “pataleo”. La Administración Federal de Aviación Estadounidense (FFA) estableció el uso obligatorio de las máscaras en atención a las medidas de la administración Biden para evitar unas  fuentes de contagio entrando y saliendo de EEUU. Y ese mandato sigue en vigor.

La rebeldía de la mujer no tiene justificación. Sin embargo, hay que decir en su descargo, que desde el pasado 12 de mayo, no fue poca la gente que entendió los anuncios de los CDC como el fin de la pandemia en EEUU. Ese día, la directora de la muy prestigiosa, pero no menos polémica, institución dijo que las personas ya vacunadas podían dejar de usar el tapabocas en la mayoría de los espacios interiores. Eso causó gran euforia. Y esta ciudadana del avión de JetBlue muy probablemente mal interpretó el anuncio y se dejo llevar por el jolgorio.

La sola idea de haber escuchado que ya el tapabocas no era necesario omnibuló el entendimiento de las personas. Muchos no escucharon que había que seguir usando los tapabocas en algunos ambientes. En cualquier modalidad de transporte publico, incluidos los aviones y los uber, la máscara va a seguir estando presente. Lo mismo debe ocurrir en las emergencias médicas, los ancianatos, las prisiones, algunos oficinas públicas, y la mayoría de las escuelas. Al menos esas son las restricciones en pie en Colorado.

La normativa de salud pública en Colorado permite también que los negocios exijan el uso de la máscara a sus clientes. Los comerciantes tendrían el apoyo de las policías de los condados o ciudades en caso de tener que reprender algún cliente que se ponga rebelde y quiera agredir al comerciante o dañar la mercancía del establecimiento. El Fiscal de Colorado, Phil Weiser nos decía que exigir la máscara equivale a una potestad del comerciante como cuando exige a los cliente entrar a su negocio con zapatos y cubriendo el dorso con una camisa o playera.

A estas alturas creemos que muy peligroso colocar otra carga sobre los comerciantes. Los pequeños negocios van a tener que evaluar si deben o no exigir el uso de máscara. Muchos de ellos se están recuperando de un bajón en las ventas durante la pandemia. Algunos fueron hasta sancionados varias veces porque sus empleados y clientes fueron contagiados por el virus. Ahora deben evaluar ellos, y no los CDC, o el departamento de salud del estado y de los condados que es lo mas indicado.

Me vastó escuchar los argumentos de biólogo José Luis Jiménez para comprender que todavía hay mucho por hacer para terminar con la propagación del COVID-19. Jiménez, investigador de la Universidad de Colorado en Boulder, ha venido insistiendo en el hecho de la presencia del virus en el aire. Su tesis fue negada por las Organización Mundial de la Salud (WHO) y por los CDC, en espera de que les presentara mas pruebas. Jiménez junto a un equipo de científicos no se quedó tranquilo. Continuó con sus estudios y llegó a conclusiones basadas los experimentos.

El 15 de abril de 20201, la revista médica The Lancet público el estudio de Jiménez con las pruebas que le pedía la WHO y los CDC. Según ese estudio, el virus no permanece en las superficies, por lo tanto es inútil el estar con la limpiadera de cuanto lugar usted toca. Mientras, el virus si permanece en sus manos y puede llegar a sus mucosas. El principal hallazgo es que el COVID-19 tiene la capacidad de permanecer en el aire, por un tiempo determinado. Por esa razón es muy importante la ventilación y la circulación del aire en los ambientes interiores.

Jiménez ha expresad cierta frustración al saber que los CDC han ignorado sus hallazgos. “La eliminación de la máscaras, para los vacunados, llega en el peor momento. Todavía nos falta mucho para comprender el virus y prevenir sus dañinas consecuencias”, nos dijo. Según este criterio, la máscara seguía constituyendo una importante protección contra el virus, aun para los vacunados. Yo por los momentos y por si acaso, voy a seguir llevando conmigo la máscara y usándola en cuando espacio interior público entre.

Además, no me queda duda al afirmar que nuevas órdenes ejecutivas en Colorado deben otorgar más orientación, herramientas, e instrumentos para que los comerciantes puedan  tomar la mejor decisión en cuando al uso de las máscaras dentro de sus negocios. En vez de ignorar los hallazgos de Jiménez, se deberían tomar como punto de partida para evitar que los negocios locales se puedan convertir en los últimos reductos del COVID-19.

Jesús Sánchez Meleán

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