Espiritualidad e inclusión

Espiritualidad e inclusión

Por Carolina Aguirre O.

“La religión es el opio del pueblo” dijo Karl Marx criticando a la religión como una herramienta de opresión en la sociedad de su época. Y sí, es cierto que son muchos los casos a lo largo de la historia en que la religión ha sido malinterpretada y utilizada para dividir. Sin embargo, el término “religión” proviene del latín “religare”, que significa “atar” o “ligar”, su verdadero significado implica entonces religar, unir, conectar a las personas no sólo con lo trascendente sino también entre ellas. Unir, no dividir.

Un estudio conjunto de 2020 entre la Universidad de Brown y la Universidad de Stanford mostró que la polarización política y social ha crecido rápidamente en los últimos 40 años, dividiéndose entre líneas ideológicas, raciales y religiosas. Este fenómeno ocurre en un momento en el que los problemas de inclusión, diversidad, equidad y pertenencia (DEIB) están siendo considerados de manera más amplia que en cualquier otro momento en la historia reciente. Sin embargo, la noción de inclusión religiosa o interreligiosa está ausente en muchas discusiones sobre DEIB. 

“Es hora de que las empresas tomen en cuenta la religión […] Muchas corporaciones evitan este tipo de compromiso por temor a enredos legales, o por preocupación de que pueda abrir las puertas a proselitismo y desacuerdos. Pero incluir la religión en sus esfuerzos de DEI puede crear sentido de pertenencia entre los empleados y ayudarles a servir mejor a una gama más amplia de clientes.” dice la publicación de Harvard Business Review sobre la identidad religiosa en las estrategias de DEI.

Al cambiar la percepción de la religión como un riesgo y reconocerla como un activo, las organizaciones mejoran su cohesión interna, su rendimiento y se abren a oportunidades como el caso de Martha Moore, quien después de notar a las mujeres musulmanas que permanecían en la orilla en lugar de entrar al agua durante unas vacaciones en la playa, desarrolló la colección Victory Swim de trajes de baño modestos que generó millones en ingresos para Nike.

Pero esto no solo se trata de ingresos, sino de una llamada vital. Hoy en día, cada vez más personas sienten una urgencia de explorar su fe a través de diferentes tradiciones y perspectivas para así poder enfrentar los desafíos emocionales que se les presentan. Una encuesta reciente realizada por el Instituto de Investigación Springtide encontró que después de la pandemia, hubo un aumento de más del 33% en los jóvenes adultos de Estados Unidos que afirman creer en la existencia de un poder superior, aumento atribuido a los tres años de pérdida, depresión y ansiedad que enfrentaron.

Por lo tanto, es crucial que las comunidades y las organizaciones reconozcan y se adapten a esta creciente necesidad de encontrar respuestas más allá del plano material y que las conversaciones sobre inclusión abarquen todas las dimensiones de la identidad humana, incluida por supuesto la espiritualidad.

Religar, unir, conectar: La religión, lejos de dividir, puede ser una fuerza poderosa para fomentar el entendimiento mutuo y construir puentes entre comunidades diversas. Después de todo, los principios compartidos por la mayoría de las ramas de la fe son precisamente el amor, la compasión y la inclusión.

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