El legado de Álvaro Enciso - El Comercio de Colorado

COMPROMISO| Álvaro Enciso en plena faena. (Fotos/Morgan Smith)

HONRANDO LA MEMORIA DE LOS MIGRANTES

La historia de Álvaro Enciso es un testimonio vivo de la lucha y el sacrificio asociado con la búsqueda de una vida mejor. Nacido en Villavicencio, Colombia, Álvaro dejó su hogar a los 20 años con la esperanza de alcanzar una educación en Estados Unidos. Su viaje lo llevó a servir en el ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam, obtener títulos universitarios y trabajar como experto en la cultura hispana en Washington-Baltimore.

Sin embargo, fue en las vastas extensiones desérticas de Arizona donde encontró su verdadera vocación. Movido por su propia experiencia migratoria y la tragedia de aquellos que perdieron sus vidas en el viaje hacia Estados Unidos, Álvaro se unió a los Tucson Samaritans en su misión de proporcionar ayuda humanitaria a los migrantes en el desierto. Su trabajo consiste en marcar los lugares donde se encuentran los cuerpos de aquellos que no logran cruzar con cruces pintadas a mano.

Álvaro transforma el paisaje árido en un tributo a los sueños rotos y las vidas perdidas. Cada martes, Álvaro y su equipo se aventuran en el desierto para colocar cruces, un acto de grabación y respeto por aquellos cuyas historias no llegaron a ser contadas. Desde mujeres violadas y asesinadas hasta hombres que sucumbieron a la exposición al calor extremo, cada cruz representa una vida truncada y un sueño interrumpido. El proceso de colocar las cruces es un ritual cuidadosamente ejecutado.

Álvaro y su equipo cavaron hoyos en la tierra, colocaron las cruces con reverencia y las rodearon de piedras como símbolo de memoria perdurable. Estos actos simples, pero significativos, sirven como recordatorio de la humanidad compartida y la fragilidad de la vida en la frontera. Acompañado por voluntarios dedicados como Bryce, David y Peter, Álvaro lleva a cabo su labor con un sentido de propósito y compromiso inquebrantable.

TRAYECTORIA| Un soldado artista.

Cada sitio marcado es una invitación a reflexionar sobre las realidades brutales y a menudo olvidadas de la migración, y un llamado a la acción para abordar las causas subyacentes de esta crisis humanitaria. A medida que continúa su labor, Álvaro espera que su proyecto, apoyado “Donde Mueren los Sueños”, inspire compasión y empatía en los demás.

Más allá de las estadísticas y los titulares, él nos recuerda que detrás de cada número hay una historia humana, una vida perdida y un sueño que se desvanece en el horizonte. En un mundo lleno de divisiones y desafíos, el trabajo de Álvaro Enciso nos recuerda nuestra responsabilidad compartida de proteger y preservar la dignidad de todos los seres humanos, independientemente de su origen o estatus.