Firma Invitada – Seamos agradecidos

Let’s be grateful Seamos agradecidos

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Marissa Molina

Colorado State Director

FWD.us

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Un estudio reciente de mi organización, FWD.us, halló que en Colorado cerca de 300 mil inmigrantes son trabajadores esenciales. De esos, 88 mil son indocumentados, incluyendo a 13 mil Dreamers. El grueso de esas personas trabajan en los sectores de vivienda, instalaciones y alimentos, y hay también unos 5,000 que trabajan en la salud. Uno de estos trabajadores es Junior Ortega.

Sin inmigrantes como Junior, mantener limpios nuestros hogares y negocios sería difícil, si no imposible. Junior, un trabajador de limpieza criado en Carbondale, se considera como un trabajador esencial. Es indispensable para que Colorado y el país se mantengan funcionando. Todos los días hay trabajadores como él que ponen en riesgo su salud y vida para que podamos seguir trayendo alimentos a la mesa, para que nuestros hospitales y escuelas estén desinfectadas y nuestros hijos sigan recibiendo su educación.

Pero a medida que luchan contra la pandemia, los trabajadores como Junior también están librando una batalla paralela y que tiene la capacidad de alterar toda la vida: poder permanecer en este país con sus familias. Junior es indocumentado y es un Dreamer que vino a Colorado cuando era niño. Es beneficiario del programa de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que le permite permanecer y trabajar en el país en plazos de dos años.

Los pasados cuatro años estuvieron plagados de incertidumbre para Junior ya que el presidente Donald Trump intentó cancelar DACA en varias ocasiones. En junio del año pasado, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos determinó que la cancelación del programa por parte de la administración Trump había sido ilegal. Sin embargo, la incertidumbre todavía persigue a Junior.

Otra demanda contra DACA está bajo la consideración de las cortes y un juez conservador de Texas en cualquier momento pudiera fallar en contra del programa. Esto pondría a Junior en riesgo de deportación y de ser separado de su familia y carrera. Así no es como debemos recompensar a aquellos que nos han cuidado y mantenido a salvo durante la pandemia. Su servicio a nuestra nación no es nada menos que patriótico y también son una parte integral del andamiaje económico que debemos recuperar.

Según el estudio que mencioné anteriormente, 23 millones de trabajadores esenciales de los Estados Unidos son inmigrantes. De esos, 5.2 millones son indocumentados, y esa cantidad incluye a 900 mil Dreamers. Estos números son reales y evidentes. Sin estos trabajadores, sencillamente no hay recuperación económica posible de la pandemia. Cuando protegemos a los inmigrantes indocumentados, protegemos a todas las comunidades, porque los inmigrantes son parte de absolutamente todos los aspectos de nuestros cimientos sociales y económicos. 

Merecen dignidad y respeto. Al ofrecer una vía a la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados garantizamos una recuperación económica más fuerte para nuestro país. No podemos seguir adelante como nación si algunos de nosotros seguimos pasándola mal, especialmente aquellos a los que llamamos “esenciales” durante esta pandemia. Es hora de que agradezcamos su sacrificio mediante una reforma que arregle nuestro roto sistema inmigratorio y que le brinde una vía a la ciudadanía.

Es hora de que el Congreso use todas las herramientas legislativas en su haber para construir una vía a la ciudadanía que estos trabajadores necesitan desesperadamente. Esperamos poder trabajar con nuestros senadores, Michael Bennet y John Hickenlooper, para llegar ahí. Este es el momento.


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