Curso intensivo

Curso intensivo

Jesús Sánchez Meleán

Pedro Castillo, candidato que lleva la delantera para convertirse en presidente de el Perú, tendrá que tomar un curso super intensivo si es que fuese proclamando como presidente. Por los momentos, Castillo puede estar descansando. El Jurado Nacional de Elecciones (JNE), tiene delante de si la revisión de más de un millar de actas que fueron objetadas por el comando de campaña de Castillo. Una vez que el JNE revise esas actas debe pasar a resolver el pedido de nulidad de otras 800 actas que contienen el voto de unas 200 mil personas.

Castillo lleva la delantera por poco más de 44 mil votos. Pero en ese conteo, que en forma equivocada fue descrito como el del 100 por ciento de los votos, faltaría sumar tanto para Castillo como para Keiko Fujimori, los votos válidos que resulten de las actas objetadas e impugnadas. En pocas palabras, en el Perú, todavía no se ha escrutado el 100 por ciento de los votos. Y con tan reducida diferencia de votos entre uno u otro candidato es difícil, en este punto, predecir quien terminará asumiendo la primera magistratura del país.

Digamos que Castillo está en recreo. Pero, es muy probable que le toque agarrar un pupitre y comenzar a dedicar horas de su día para poder reaprender.  Castillo es normalista, educador de escuela primaria, con una maestría en Psicología de la Educación. A pesar de tener estudios de postgrado, Castillo ha mostrado una ignorancia supina con relación a los conceptos básicos de macro-economía. Dicho más claro, Castillo adolece de todos los males que describen Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa en su libro “El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”.

Castillo, al igual que el modelo del Idiota plasmando en el citado libro, cree que su país necesita un hombre con mano dura para frenar las pretensiones de una “clase dominante”. Y que ese mesías, esperado y necesario, debe tener la verborrea para enamorar y encantar a bastos sectores de la población que aspiran un mejor nivel de vida. Castillo, como esos Idiotas Latinoamericanos, considera que el gobierno tiene la obligación de tomar control de cuanta empresa le apetezca, porque asume que los administradores de su gobierno son unos angelitos que han bajado del cielo junto al mesías.

Una probable administración de Castillo estarían encaminada a agrandar el tamaño y las responsabilidades del estado peruano. Castillo ya ha dicho que va a “expropiar” y a “nacionalizar”  las “empresas que son del pueblo”. Y ya sabemos lo que significa poner en manos de burócratas, designados como funcionarios políticos, la explotación de recursos naturales y la producción de bienes y servicios. El Perú sufrió lo que significa tener una administración pública sobredimensionada e hipertrofiada.

Castillo tiene que aprender que su país sobrevivió a 50 años de un modelo estatista que castro la posibilidad de creación de riqueza por parte del sector privada. En su curso de economía debe aprender que las expropiaciones y nacionalizaciones de todo ese periodo eliminaron toda posibilidad de crecimiento sustentable y racional. Y debe recibir varias lecciones sobre lo que significo la estabilidad y la continuidad en las políticas económicas de el Perú desde 1992 hasta la fecha.

A Castillo le deben explicar, aunque puede que no lo entienda, que estaría por presidir una de las economías más diversificadas del continente. Y sería recomendable que tuviese bien claro que esa economía, que él puede ayudar a destruir, ha sido una de las de mayor crecimiento continuo por más tiempo en todo el mundo. Ojala que lo reaprenda sobre economía. Sin embargo debo confesar que creo que Castillo va a venir saliendo con una cuentas idioteces en el campo económico. No creo que se él sea un estudiante aplicado. Dios proteja al Perú.

Jesús Sánchez Meleán

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