Condenan residente de Colorado que tenía pistolas modificadas como metralletas y un amplio arsenal

RECIBIÓ MÁS DE 9 AÑOS DE CÁRCEL

Redacción El Comercio de Colorado

Un residente de Gunnison, en el suroeste de Colorado, fue sentenciado a 110 meses en prisión federal, además de tres años de libertad supervisada, por el delito de posesión ilegal de armas de fuego y municiones. Se trata de Scott Oldenberg, de 36 años, quien ya había sido condenado previamente por un delito grave que le prohibía legalmente portar armas.

La sentencia fue dictada por el juez federal Gordon P. Gallagher, tras una investigación conjunta liderada por la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos en Colorado, junto con agencias como la ATF, el FBI y departamentos de policía locales. El caso comenzó el 6 de junio de 2023, cuando Oldenberg fue identificado como sospechoso de un robo en Mount Crested Butte, en el suroeste de Colorado.

Al registrar su vehículo, las autoridades hallaron dos armas de fuego —una pistola calibre .40 con el número de serie borrado y una 9mm—, piezas adicionales de armas, un silenciador, y un dispositivo conocido como “Glock switch”, que convierte la pistola en una metralleta de fuego automático. Posteriormente, el 25 de junio de 2023, oficiales de policía en Wheat Ridge encontraron más armas en un segundo vehículo en su posesión, un auto de alquiler reportado como robado.

Pierde derecho de poseer armas

En esta ocasión incautaron una escopeta calibre 12, un rifle AR-15, dos supresores adicionales y múltiples cargadores y municiones. “El señor Oldenberg ha perdido su derecho a poseer armas de fuego”, declaró J. Bishop Grewell, fiscal federal interino para el distrito de Colorado. “Nuestra oficina continuará priorizando el castigo de quienes portan armas ilegales, especialmente aquellas modificadas para funcionar como metralletas”.

El agente especial de la ATF en Denver, Brent Beavers, agregó: “Las operaciones coordinadas entre agencias no dejan lugar donde esconderse para los criminales violentos”. Esta colaboración fue reconocida también por los jefes de policía de Mount Crested Butte y Wheat Ridge, quienes enfatizaron el compromiso con la seguridad pública. La investigación y procesamiento del caso estuvieron a cargo de los fiscales federales Jennifer Springer y Kurt Bohn.