El costo del deber

El costo del deber

Jesús Sánchez Meleán

Sacheen Littlefeather, actriz y activista nativa-americana, expresó con gusto la disculpa que le presentó la Academia de las Artes Cinematográficas. Esa disculpa le llegó 50 años después del día en el cual se paró a recibir el Premio Oscar que había ganado Marlon Brando por su actuación en “El Padrino”. Brando le cedió el honor de subir al escenario y aprovechó los 15 segundos de gloria frente a las cámaras para enviar un mensaje.

Littlefeather tenía la misión de rechazar el premio en nombre de Brandon. La razón expresada por este joven de 26 años para la fecha fue que la industria del cine y la televisión había maltratado a los nativos americanos. Y cito los eventos ocurridos en Wounded Knee. Se refería a un violento altercado entre nativos americanos y agentes federales en Dakota del Sur a principios de 1973.

Esas palabras de la joven provocaron abucheos entre los presentes en la entrega del Óscar. La joven tuvo que ser escoltada por guardias de seguridad para poder salir del recinto que quedó enardecido. Ella tuvo que pagar un alto costo por su osadía. Nunca más volvió a recibir un solo papel en la industria del cine. Quedó vetada, pero no muda ni parapléjica. Littlefeather prosiguió su vida como una valiente activista defendiendo a los nativos americanos.

A otra que han vetado por sus posturas profesionales es a la congresista Liz Cheney. Los electores de Wyoming la castigaron por haber apoyado el segundo enjuiciamiento contra Trump y por encabezar el comité que estudia los hechos del 6 de enero de 2021. Las posturas de Cheney contra Trump no tienen su origen en diferencias de personalidad. Cheney considera que el expresidente representa una amenaza la continuidad de la democracia norteamericana.

Esta única representante por Wyoming insiste que para salvar su posición hubiese tenido que aceptar y propagar la mentira que mantiene Trump sobre la elección presidencial del 2020. “Hubiera requerido que permitiera sus esfuerzos continuos [los de Trump] para desmoronar nuestro sistema democrático y atacar los cimientos de nuestra república. Ese era un camino que no podía ni quería tomar”, aseguró Cheney el día de su derrota en primarias republicanas.

Al igual que Littlefeather, Cheney ha pagado un alto costo por ser una persona principios. Le toca ahora trazar su futuro político. Ella declaró que evalúa inscribir su nombre en las primarias republicanas para ser candidata a la presidencia de EEUU. Ese sería el escenario perfecto para confrontar a Trump. Lo idea es que los electores republicanos fueran conscientes y no se tomaran más que unos meses para reivindicar a Cheney.  Pero, creo que habrá que esperar más tiempo.

Jesús Sánchez Meleán

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