Opinión

Enmascarados marcharon en Denver: ¿Qué buscan?

Jesús Sánchez Meleán

El pasado 12 de octubre, el grupo supremacista blanco Patriot Front realizó una marcha por las calles de Denver, supuestamente para “honrar el feriado nacional del Día de Colón y el descubrimiento de este vasto y gran continente que llamamos hogar”, según declaró su vocero, Thomas Rousseau. Esta manifestación ha encendido alarmas en la comunidad debido al carácter racista y xenófobo de su discurso.

Los miembros del Patriot Front, organizados en Texas, llegaron a Denver con sus rostros cubiertos por máscaras blancas y vestidos como milicianos. Su presencia en la capital de Colorado plantea interrogantes sobre sus intenciones y posibles acciones futuras, especialmente considerando incidentes recientes asociados con grupos similares.

Durante la marcha, el Patriot Front difundió desinformación sobre la asistencia que las autoridades federales y regionales están brindando en Carolina del Norte y Florida tras los huracanes. Este tipo de afirmaciones falsas ha tenido consecuencias graves; en Carolina del Norte, otro grupo supremacista amenazó al personal de FEMA que atendía a los damnificados, basándose en estos discursos engañosos.

El discurso de Rousseau estuvo cargado de retórica despectiva y racista contra los migrantes. Declaró que el país está siendo objeto de una “invasión absoluta y sin restricciones de extranjeros no asimilables que no respetan la forma de vida americana y que intentan extraer los recursos de EE. UU. para sus propios fines”. Estas generalizaciones fomentan el odio y repiten narrativas peligrosas que asocian la migración con la criminalidad.

En un país donde la libertad de expresión está consagra en la constitución no debería preocupar una marcha como esta. Lo particular de esta marcha fueron las actitudes los participantes. Lucían como paramilitares con rostros cubiertos, como listos para una operación de asalto o de salvamento. Si en otros lugares milicias similares han amenazado a funcionarios que brindan ayuda humanitaria, cabe preguntarse qué podrían hacer contra los migrantes aquí.

El hecho de que su misión esté dirigida no solo a Denver sino a toda el área metropolitana aumenta la inquietud. El discurso supremacista es lamentable y peligroso, y sus consecuencias pueden ser graves para la cohesión social y la seguridad de todos los residentes. Es momento de que las autoridades y la sociedad civil estén alertas ante estas manifestaciones de odio. Es esencial trabajar para promover la convivencia pacífica y el respeto a la diversidad.