Jesús Sánchez Meleán
Donald Trump, sin saberlo, ha parafraseado la famosa frase popularizada por el cubano Bobby Capó. Imagino que el expresidente norteamericano no tiene idea quién fue ese inmortal cantante de la música hispanoamericano. Pero, aun así, entonó la frase “Quizás, quizás, quizás”, en referencia a un próximo anuncio sobre su aspiración para las elecciones a presidente del 2024.
Analistas aseguran que Trump necesita adelantar su anuncio para prevenir cualquier tipo investigación sobre su acción o inacción en los hechos ocurridos el 6 de enero. Si Trump anuncia su aspiración habría impedimento legal para investigarlo y eventualmente procesarlo. Merrick Garland, fiscal general de EEUU, acaba de sugerir que el Departamento de Justicia investiga cómo Trump interfirió en la transición pacífica del poder en EEUU.
Garland no fue enfático sobre la posibilidad de llevar a juicio a Trump. En pocas palabras, no es seguro que el expresidente republicano va a llegar a ser procesado por “acción u omisión”. “Quizás, quizás, quizás” sea enjuiciado. Mientras, hay que conformarse con la gráfica y dramática inconsecuencia de Trump con la democracia norteamericana. Quedó confirmado que el 6 de enero de 2021, Trump degustó una gigantesca bolsa de palomitas de maíz.
El expresidente acompañó ese suculento “snack” con una gigantesca “coca cola”. Trump convirtió la Casa Blanca en una sala de cine. En ese día, Trump vio una película tan larga como la versión original de “Lo que el viento se llevó”. El expresidente presenció por 3 horas y 7 minutos el estreno de la primera violación a la majestad del Congreso Federal de EEUU a manos de unos radicalizados seguidores denominados “trumpistas”.
Un editorial del New York Post (NYP), hasta el momento publicación aliada de Trump, asegura que esa afición de Trump por el cine no fue inocente. Según, el NYP, Trump mismo fungió como productor ejecutivo del estreno de aquel día. El expresidente habría exacerbado el ánimo de los “trumpistas”, incitándolos a tomar por asalto el Capitolio como una estrategia para asustar al vicepresidente Mike Pence, quien debía certificar la victoria de Joe Biden aquel día.
Son los editorialistas del NYP los que le están pidiéndole a Garland que proceda a enjuiciar a Trump. “No hay defensa alguna para la falta de acción de Trump durante aquellas 3 horas y 7 minutos. La justicia debe tomar cartas en el asunto… Trump no merece volver a ejercer la presidencia de EE. UU.”, así concluye el editorial del NYP. Creo que el 6 de enero Trump se consagró como el gran productor ejecutivo de violentos e infames “reality shows” por venir.
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