Por Jesús Sánchez Meleán
Nos sumamos al duelo profundo que se siente al conmemorar los 25 años de la desaparición de:
Venezuela
(Q.E.P.D)
Es país que en su momento fue fuente de esperanza y promesa, lentamente se desvaneció con la llegada al poder de Hugo Chávez. Este deceso, el de Venezuela, sigue siendo una pérdida considerable tanto para sus ciudadanos como para el resto del mundo.
En la mitad del siglo pasado, Venezuela era un lugar de acogida para aquellos que huían de regímenes autoritarios y crisis económicas en busca de un nuevo comienzo. Con la llegada de Chávez al poder en 1998, el destino del país comenzó a dar un giro inesperado.
Lo que en sus inicios fue un discurso de cambio y justicia social, rápidamente se convirtió en una serie de ensayos y errores que llevaron a Venezuela por un camino de crisis económica y la corrupción. En aquel país llegó la división y caos.
El país vivió una serie de episodios tumultuosos, desde huelgas generales hasta referendos revocatorios. La economía, antes boyante gracias a los precios del petróleo, se vio afectada por políticas de expropiación y controles que dejaron a todo el aparato productivo en la ruina.
El sueño de un socialismo perpetuo se materializó con la reforma de la Constitución para permitir la reelección indefinida, consolidando así el dominio del chavismo sobre todas las instituciones del país.
Venezuela, una vez próspera, quedó atrapada en la vorágine de un régimen que prometía igualdad pero que, en realidad, generaba desigualdad y empobrecimiento. El heredero del chavismo ha continuado reprimiendo a la oposición y aferrándose al poder a cualquier precio.
En este duelo por la pérdida de Venezuela, enviamos nuestras más sinceras condolencias a todos los venezolanos. Que encuentren consuelo y fortaleza en estos momentos difíciles, mientras el país lucha por recuperarse y reconectarse con el mundo global.
Aunque la Venezuela que conocíamos ya no existe, la esperanza de un renacer siempre persiste en el corazón de su gente.
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