¿Es o no la maceta de Bukele?

¿Es o no la maceta de Bukele?

EN CAMPAÑA EN COLORADO| Félix Ulloa, vicepresidente de El Salvador. (Foto/ El Comercio de Colorado)

Jesús Sánchez Meleán

Click here to read the English version

Me quedé con muchas ganas de escuchar de su parte, doctor Félix Ulloa, una respuesta a la pregunta que vine pensando desde que supe de su llegada a Colorado. Sí, le confieso que tenía alguna confusión. Yo no tenía claro si yo iba a poder hablar con usted, en su condición de: vicepresidente de El Salvador; vicepresidente de El Salvador en licencia; o candidato a vicepresidente de El Salvador. Podía yo variar la pregunta dependiendo de su rol.

No fue posible el hablar con usted en ninguno de sus tres roles. Su sobrino, que funge como su secretario, en sus tres roles, me negó toda posibilidad de hablar con usted. Lo primero que hizo su sobrino fue el exigir que le dijera cuál era esa pregunta que yo venía pensando. Cuando se la compartí a su sobrino su reacción fue categórica. “Esa pregunta no. Pregunte otra cosa. No hay entrevista porque ya ganamos”, me dijo el joven, pero bien entrenado, asistente suyo.

Mi pregunta era distinta a la del título del artículo. A usted lo respeto. Tiene usted la trayectoria y la jerarquía para llamarme la atención. Mi pregunta tenía que ver con la reelección, no podía tener yo otro interés. Según entiendo, la constitución de El Salvador indica que la reelección inmediata no está permitida. Tanto Bukele como usted, su vicepresidente, indicaron hasta la saciedad que no era posible ir a la reelección en el 2024.

Su sobrino no me quiso entender. Para mí era importante el conversar con usted de un tema tan debatido y trascendente para los salvadoreños y para el resto de los latinoamericanos. Aspiraba yo escuchar y hasta entender sus argumentos. La pregunta en concreto era, ¿por qué un gobierno con tan grande respaldo popular no convocó una asamblea constituyente para introducir la reelección presidencial en una nueva constitución?

Ahora que le escribo pienso que la pregunta era hasta una necedad. Es que yo asumía que el ir a una constituyente les iba a permitir el debatir sobre el tema de la reelección que tiene una historia de resistencia por parte de muchos salvadoreños, según entiendo. Un presidente popular como Bukele, con la ayuda de un hombre de tanto conocimiento como el suyo, podía ganar fácilmente el apoyo sobre este tema.

Al incorporar la reelección en una potencial nueva constitución, nadie podría decir, ni allá ni en ninguna parte del mundo, que la administración Bukele viola la constitución salvadoreña. Con ese leve esfuerzo, un gobierno tan popular disiparía las dudas sobre su legalidad y su legitimidad. Ir a una constituyente era una opción, una vez que su esfuerzo de adelantar una reforma constitucional no llegó a ninguna parte.

Usted se tropezó con los molinos de viento del derecho constitucional salvadoreño: las cláusulas pétreas. Estos son artículos que no podían ser modificados por una reforma. En específico, el artículo 248, que hace referencia al sistema de gobierno y al principio de la alternabilidad. Esto son inalterables. Por eso yo quería que usted me dijera por qué descartaron el ir a una asamblea constituyente que significaba el consultar a la población sobre la reelección y alterar esos principios.

Pero que iluso soy. Yo no había tomado en cuenta que después de mayo del 2021 ya no hacía falta eso del ejercicio de la política. Me refiero a que el debate, la discusión, la evaluación de opciones ya no eran necesarias. Desde aquel momento, Bukele tenía un gobierno con super mayoría en el congreso y dominio en la casi totalidad de los gobiernos locales. Desde ese momento El Salvador es prácticamente un sistema de partido único con super mayoría.

Seguramente, el alto gobierno de El Salvador concluyó que ya no hacía falta la política. Comenzó el tiempo de las decisiones rápidas y efectivas. Importaba muy poco, que allá y en el resto del mundo, calificaran como autoritarias esas decisiones. Una de esas decisiones, fue seguramente destituir de manera expedita, sin contemplación, sin debido proceso, sin ningún pudor, a los integrantes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

Doctor Ulloa, era importante para mí el conocer con cuáles argumentos usted explicaba ese zarpazo a la sala constitucional por parte de la Asamblea Legislativa salvadoreña con dominio del partido Nuevas Ideas. Pero, vuelvo a ponerme necio. Allí no hay argumento legal válido. La única razón es el ejercicio del poder; debo terminar por entender. Los nuevos integrantes de la sala de la constitucional trabajaron como unos dedicados y eficientes sastres.

En tres meses hicieron un traje a la medida de Bukele. Para septiembre de ese mismo año, 2021, la sala emitió una interpretación de los artículos constitucionales sobre la reelección. La sala expresó que Bukele se podía inscribir para ser candidato presidencial y de resultar victorioso podría juramentarse para un nuevo período consecutivo. Aquí sigo yo de necio. Sí me hubiese gustado el escuchar al doctor Ulloa para poder entender esta interpretación que a todas luces contradice la constitución vigente de El Salvador.

Al leer la sentencia se puede deducir que esos magistrados le pusieron un límite a Bukele. Le dicen que, sí se puede inscribirse para ir a la reelección presidencial del 2024. Pero, le indican que ésta es la última reelección inmediata. Es decir, por encima, sin entrar en profundidad, se puede entender que no habrá un tercer mandato continuo de Bukele. El detalle, para un necio como yo, es que no existe ninguna garantía de estabilidad de este dictamen.

Si el ejercicio de la constitución se va a basar en interpretaciones y no en cláusulas pétreas, en un par de años, la misma sala, con estos u otros integrantes, podría cambiar de parecer y asegurar que el mandato presidencial indefinido sería posible. Doctor Ulloa, tengo dudas que usted me hubiese ayudado a clarificar. Al haber escuchado su sapiencia también yo hubiese podido confirmar o descalificar a todos aquellos que lo llaman a usted la maceta de Bukele.

Espero que tenga usted una feliz estadía en el bello estado de Colorado. Feliz regreso.

Jesús Sánchez Meleán