
DUEÑO DEL RESTAURANTE LATINO’S EN CALIFORNIA
Redacción El Comercio de Colorado
Dueños de un restaurante y una empresa de limpieza en California fueron condenados por someter a tres inmigrantes a trabajos forzados. Los sentenciados son lamentamente el matrimonio conformado por Nery A. Martínez Vásquez, de 54 años, y su esposa Maura N. Martínez, de 54 años, ambos de origen guatemalteco y nacionalizados como norteamericanos.
Los esposos Martínez fueron acusados de conspiración para someter a los inmigrantes a trabajos forzados, informó el Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos. Esta pareja de pequeños empresarios se había declarado culpables de someter a trabajos forzados a una madre guatemalteca y a dos hijas. Esta declaratoria la había hecho a mediados del 2021.
Martínez Vásquez fue sentenciado a seis años y medio de prisión y la esposa a tres años de prisión. Ambos acusados también fueron sentenciados a tres años de libertad supervisada y a pagar una multa de 25.000 dólares. También deberán pagar 300.000 dólares en restitución a otras siete víctimas.
Según documentos judiciales, los esposos son los dueños del restaurante Latino’s y de una empresa de limpieza que prestaba servicios a varios negocios en la localidad de Shasta Lake, en el norte de California. “Ellos utilizaron varios medios coercitivos” para obligar a sus víctimas a trabajar largas horas de trabajo, siete días a la semana, sin pago o con mínimo pago.
Las trajeron engañadas
Los Martínez conspiraron para traer a una familiar y sus dos hijas menores de Guatemala a Estados Unidos con visas temporales de visitante. Tras expirar su permiso de estancia en Estados Unidos, las inmigrantes fueron obligadas a trabajar entre septiembre de 2016 y febrero de 2018 largas horas en el restaurante y el negocio.
Según el DOJ, los acusados impusieron una deuda a las víctimas para evitar que regresaran a Guatemala, las sometieron a abusos físicos, psicológicos y verbales, y separaron a la mujer de sus hijas, todo ello para obligarlas a trabajar. La pareja también abusó del sistema legal al amenazar a las víctimas con llamar a las autoridades de inmigración y hacerlas arrestar.
Los Martínez amenazaban a sus víctimas con informarle a las autoridades que ellos habían excedido sus visas si no cumplían con sus exigencias. Alojaron a las víctimas en un remolque sin calefacción ni agua corriente, y las degradaron y humillaron frente a otros. Los imputados, además, utilizaron la fuerza y amenazas para intimidar a las víctimas.
Trabajo forzoso no tiene cabida
Nery Martínez incluso golpeó a las niñas con un palo, según la acusación. “El trabajo forzoso no tiene cabida en nuestra sociedad civilizada. Esta sentencia deja en claro nuestro compromiso de responsabilizar a los perpetradores y nuestra dedicación para erradicar la trata de personas” dijo la fiscal Kristen Clarke de la División de Derechos Civiles del DOJ.
Por su parte, el agente Sean Ragan, a cargo de la División de Campo del FBI en Sacramento, California, señaló que “este caso destaca cómo tales delitos pueden ocurrir a la vista del público en un negocio legítimo y pasar inadvertidos”.
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