Ismael Cala: “Los hombres no sabemos como manejar las emociones”

Ismael Cala: “Los hombres no sabemos

EL MOTIVADOR LANZA DIPLOMADO EN MINDFULNESS

Redacción El Comercio de Colorado

El destacado motivador cubano Ismael Cala asegura que la pandemia evidencio las limitaciones que tienen los hombres para manejar sus emociones. “El encierro ese confinamiento evidencio que los hombres, en su mayoría, no saben como manejar sus emociones.  A las mujeres por lo menos cuando eran niñas les permitían hacer una ‘perrera’. La niña si puede llorar por eso no es permitido para los hombres. Aquí tenemos una de las causas del aumento de los feminicidios”, dijo Cala.

Y continuó, “Muchos hombres que han abusado violentamente de sus esposas, de sus hermanas, de sus hijas. Y lo que entiendo socialmente es que este es un fenómeno que tenemos que empezar a corregir desde la niñez para que el hombre esté en contacto con esas emociones como la ternura, el amor o la ira, o los celos, la rabia. Los hombres debemos aceptar que podemos estar tristes porque la tristeza es un desahogo”, aseveró.

Diplomado en Midfulness y Meditación

Este motivador y escrito indicó que en el Centro Cala, su instituto de entrenamiento en Miami, está ofreciendo programas de entrenamiento en el manejo de herramientas emocionales y espirituales. “Estamos ofreciendo un Diplomado en Midfulness y Meditación. Creemos que las personas merecen estar meditadas en vez de medicadas”, dijo. Este primer diplomado tendrá lugar en forma presencial en el Centro Cala entre el 23 y el 25 de abril.

Lea la entrevista  

Jesús Sánchez Meleán: Hoy estamos conversando con un amigo de la casa. Digo eso porque Ismael Cala ha estado escribiendo para El Comercio de Colorado y  Tu Casa Magazine por los últimos 6 años. Semana a semana, Cala nos enseña todas herramientas importantes de superación personal que el maneja a la perfección. El 2020, ha sido un año muy fructífero en el sentido que su conocimiento ha permitido a mucha gente sobrevivir del encierro por la pandemia. En el pasado año, Cala nos ha brindado programas por televisión, programas por redes sociales, publicaciones como les decía. Ahora este motivador está anunciando lanzando el Centro Calá de Miami, su proyecto más reciente. En ese centro, Cala esta ofreciendo un curso importante en el área del “mindfulness”. Ismael, bienvenido y por favor anuncia tu mismo ese importante taller que vas a tener próximamente.

Ismael Cala: Gracias Jesús. Para mi es un placer conversar contigo y llegarle a tanta gente no solo en Colorado, sino que a través de la virtualidad en cualquier parte del mundo donde nos lean, nos escuchen, nos vean. Lo has dicho y la verdad que me emociona cuando te escucho decir que nuestro propósito, y se logró porque los testimonios están ahí, fue ayudar a las personas a sobrevivir y a vivir desde la excelencia, durante tanta incertidumbre que aún seguimos viviendo porque el mundo nos cambió, se nos movió el piso. Hay cosas que pensábamos que iban a ser temporales, otras ya no son tan temporales y algunas han quedado establecidas por el resto de nuestras vidas, como el tema del teletrabajo. La flexibilidad hará que todos nosotros podamos regresar a la oficina cuando eso sea posible; pero también nos gustaría tener opción de ser productivos desde el hogar. Como la pandemia nos ha demostrado que se produjo un contagio a través del virus y además  un contagio emocional no tan positivo con el tema de la incertidumbre, el tema de las pérdidas, el tema de la muerte y sobre todo el tema de lo desconocido.

Entonces nosotros inauguramos el Centro Cala, un proyecto que yo le llamo un milagro pandémico, en el nombre de Dios. En el 2018, visualizamos el proyecto de venir a la naturaleza, de dejar la ciudad para que nuestros encuentros tuvieran una sede física, rodeados de árboles, rodeados de jardines hermosos, rodeados de lagunas, agua, fuego, los elementos de la naturaleza. Y la verdad que aún con la pandemia no se realizó, digamos de manera directa, porque hubo desvíos, hubo supuestos callejones ciegos. Pero siempre le digo a la gente, y es el tema de mi nuevo libro que va a salir el próximo año, la necesidad de fluir para no sufrir. Es necesario resetear nuestras vidas y creo que eso viene muy bien a raíz de esta experiencia pandémica. Entonces en el Centro Cala hemos iniciado operaciones con todas las medidas de bioseguridad mientras todos nos vacunamos.

Mientras alcanzamos la inmunización del rebaño, hemos creado unos talleres mensuales de un día. Sin embargo, las personas nos han pedido más, y quieren tener una experiencia para poder entender cómo aplicar en la vida cotidiana esas herramientas de las que yo llevo años hablando. Ese conocimiento lo he aprendido de la mano de grandes maestros como don Miguel Ruiz, como Robin Sharma, como Bruce Lipton  y Deepak Chopra, que es la ciencia del mindfulness, unido con la psicología positiva, la inteligencia emocional y espiritual, el conocimiento de epigenética, entre otros temas. Hemos creado nuestro primer Diplomado en Mindfulness y Meditación. Es un evento presencial aquí en el Calá Center, a 40 minutos del aeropuerto de Miami, zona sur. Es una zona agrícola maravillosa que se llama Reglan. Vamos a tener tres días, 23, 24 y 25 de abril, de inmersión total, desde el amanecer. Las personas van a poder practicar y vivir la experiencia sensorialmente. Nos referimos al mindfulness y hablamos de atención plena y cómo yo puedo, en la mayoría de los casos, optar por estar meditado en vez de caer medicado.

JS: Es una cosa pretenciosa hablar de un diplomado en mindfulness y meditación. ¿Podrías mostrar un ejemplo sobre como la meditación o con el mindfulness pueden ayudar a superar, borrar, u olvidar la pandemia?

IC: El olvido casi siempre es un proceso involuntario para el cerebro humano. Cuando uno dice quiero olvidarlo, quiero olvidarlo, quiero olvidarlo, es cuando más complejo se hace el olvidar. Entonces, obviamente, el entrenar la mente es simplemente llevar tu atención. Y éste es uno de los ejercicios de reentrenamiento al cerebro y a la mente. El cerebro humano está comprobado neuro-científicamente hablando, que tiene algo que se llama negatividad, o pre-juicio a la negatividad. Tiene una razón de existir porque en la época de las cavernas o las sabanas africanas, o incluso aquí en Latinoamérica, cuando no teníamos techo, nos teníamos que meter en las cavernas para resguardarnos de las fieras. Nosotros vivíamos en una situación de acecho permanente, de peligro. A la intemperie, como nómadas. Entonces, obviamente, nuestro cerebro más primitivo, la razón de mantenernos vivos, es su razón principal de existencia, la supervivencia. Lo que sucede es que hoy ya vivimos en cómodas casas, ciudades, tenemos autos fantásticos, maravillosos, inteligentes. Pero todavía nos queda esa amígdala dentro del cerebro, conectada con el cerebro reptiliano, que es el más básico que nos sigue poniendo y magnificando. Esto de la pandemia, por ejemplo. Con miedo, con mucho temor. Desde el mindfulness podemos trabajar con ese miedo. Digamos, ponernos en el asiento del copiloto entrenando nuestra mente y nuestro cerebro desde una respiración consciente a donde yo llevo mi energía y pongo mi atención.

Eso es lo que crees y se manifiesta en mi vida. Si yo no me doy cuenta que el miedo está creciendo dentro de dentro de mí y lo único que yo pienso es que para curar ese miedo tengo que ir al médico para que me mande un fármaco y me adormezca. Yo no estoy yendo a la raíz del miedo. Entonces respiración consciente, cosas que no nos enseñan en la escuela, lamentablemente, porque nos preparan para ser entes productivos y producirle a la sociedad, pero no nos preparan para nosotros entendernos, auto conocernos más, autorregular nuestras emociones y nuestras sensaciones. Un ejercicio práctico es el sentir, soltar, sonreír. Cuando yo aprendí esto, los ataques de ansiedad que me daban como periodista cuando venía las noticias de última hora. Yo tenía un programa preparado y 15 minutos antes de ir al aire me decían olvida al invitado, lo tenemos que cancelar. Ha caído una bomba en no sé dónde; ha habido un ataque terrorista. No podemos ir con ese invitado. Vámonos de inmediato a un “breaking news” ¿te imaginas el cambio? Yo empezaba a sentir palpitaciones; yo empezaba a tener una sudoración.

Cuando aprendí a hacer estos ejercicios, que yo le llamo el “hackeo” de mi software cerebral, a mí me podían decir 10 minutos antes el cambiar el programa yo yo decía sentir, inhalaba. Hacia una pausa. Quitaba el piloto automático de los pulmones que casi siempre están respirando en automático para sentir lo que estoy sintiendo y luego soltar haciendo ese suspiro de alivio que es un “hackeo” al cerebro. Porque cuando alguien está en tensión y viene otro y le da una buena noticia sin darse cuenta, uno dice ¡qué alivio! porque ocurre una descompresión. Entonces es sentir, soltar y luego sonreír. Y esa sonrisa es llevar nuestro foco de atención al centro del corazón. El Instituto de las Almas en California a en Estados Unidos ha estudiado y está comprobado que el corazón es un órgano de inteligencia perceptiva. Hay más de 40 000 células neuronales sensoriales que habitan en el corazón. Existe lo que se llama coherencia mente y corazón. Nosotros en ese diplomado de tres días que no es una certificación, es simplemente un diploma donde usted ha estudiado y tiene las herramientas de poder auto conocerse más desde el mindfulness y la técnica de meditación que nosotros enseñamos.

Luego, el que quiera puede seguir un camino mucho más profundo de una certificación para convertirse en un facilitador de temas de meditación. Nosotros tenemos un camino más largo a través del centro CALÁ, porque ya eso implica un conocimiento que no lo vas a aplicar contigo, sino que vas a atreverte a aplicar con otros. Y viene muy bien para los líderes en corporaciones, las familias que a veces no sabemos como lidiar con el tema de nuestros adolescentes en casa. Entonces te he dado un simple ejemplo que cambia la perspectiva de lo que en psicología se llama el locus de control, donde yo a veces interpreto que el locus es externo, que yo no tengo control sobre algo bueno. Entonces tengo que fluir y dejarlo ir y aceptarlo. No lo puedo cambiar hoy y tengo que interpretar cuando si tengo un locus interno de control donde yo puedo hacer algo. Quizás no para cambiar el evento que me está sucediendo, pero si cambiar mi patrón de reacción ante ese estímulo que estoy viviendo. Y créeme que para mí esa es la verdadera diferencia en el liderazgo de hoy, es cuando yo dejo de recitar los problemas o los conflictos que estoy teniendo porque estoy enfocándome en la solución que esos conflictos tienen.

JS:. En una anterior entrevista tu hablaste sobre los problemas de salud mental de tus familiares. Hablaste de ese tema como un ejemplo terapéutico que además te llevó a vivir este momento de tu vida. Dejaste  CNN y emprendiste un camino como motivador y como orientador. ¿Por qué te pongo ese contexto? Es porque la pandemia contiene una paradoja. La familias han tenido que convivir. Pero, debido a esa convivencia han aumentado los casos de violencia doméstica. Ha aumentado las separaciones familiares. Ha aumentado el número de suicidios. Se ha hecho evidente la dificultad de vivir en familia y de compartir. ¿Por qué cree Ismael Cala que se ha presentado ese fenómeno en nuestra sociedad?

IC: Yo creo en Jesús porque volvemos a la esencia del producto de nuestra educación. Cuando nosotros nos forman desde la niñez, nos están formando con un objetivo cívico, un objetivo de la sociedad. Crear orden, crear rentabilidad y productividad social. Nos hacen ciudadanos que obedecen la ley, que entienden cuál es la moral y los códigos de conducta. Entonces nuestra educación casi siempre está mucho más basada en conocer el mundo exterior para que lo respetes y puedas ser obediente ante la sociedad y para que pueda ser útil a la sociedad. Y eso está muy bien, pero no desarrollamos las habilidades del ser. Además, pongámosle también que lo que se traspasa de generación en generación viene condicionado por unos memes que son virus de la mente.

Como por ejemplo que al hombre le dicen “los hombres no lloran; levántate; no seas mariquita; no te puede doler; cómo va a llorar? Ay, no seas cobarde”. Esto nos hace entender por qué hay tantos hombres analfabetos emocionales. Por qué durante la pandemia, en el encierro, en el confinamiento, muchos hombre no supieron como manejar la ira luego de una convivencia 24 horas, 7 días a la semana, niños en la casa, teletrabajo. Ya no había ni siquiera el escape de ir a un espacio diferente como un gimnasio, porque los gimnasios también cerraron. Entonces ese confinamiento evidencio que los hombres, en su mayoría, no saben como manejar sus emociones.  A las mujeres por lo menos cuando eran niñas les permitían hacer una “perrera”. La niña si puede llorar por eso no es permitido para los hombres. Aquí tenemos una de las causas del aumento de los feminicidios. Hombres que han abusado violentamente de sus esposas, de sus hermanas, de sus hijas. Y lo que entiendo socialmente es que este es un fenómeno que tenemos que empezar a corregir desde la niñez para que el hombre esté en contacto con esas emociones como la ternura, el amor o la ira, o los celos, la rabia. Los hombres debemos aceptar que podemos estar tristes porque la tristeza es un desahogo.

La ira la tengo que aceptar y no la tengo que negar. Entonces yo puedo tener una válvula de escape y no que llegue un momento donde la emoción es tan grande que me sobrepasa y yo actúo como un animal. Es por eso que a mí me da gracia cuando la gente dice no son crímenes pasionales y yo digo no, no, no, no, no, el amor no concibe la violencia. El verdadero amor no es el concepto machista latino de esta mujer, es mi propiedad, es mi mujer, es mi esposa. No. La mujer es un complemento de mi vida. Entonces hay muchos temas de fondo que la pandemia exacerbó. Yo siento que la pandemia vino para poner un freno en seco a un camino de un mal derrotero por el que íbamos, porque estábamos deshumanizando. Nos estábamos separando; viéndonos diferentes, por género, por orientación sexual, por credo, religión, o por ideologías políticas. Mira lo que pasó en Estados Unidos. En esta pasada elección, el asalto al Capitolio. Uno lo veía y parecía una película de ciencia ficción. ¿Cómo los seres humanos podemos sentirnos tan separados los unos de los otros? Tiene mucho que ver con eso, tiene que ver con la manipulación de la política; tiene que ver con la manipulación de la religión; tiene que ver por esa separación que los status económicos crean en sociedades que son muy poco igualitarias. Entonces es un problema social. Y cuando uno le hace a las personas entender que la única manera de generar ese cambio en el mundo, como decía Mahatma Gandhi, es generando el cambio en ti, se tú el cambio que quieres ver en el mundo.

Entonces nos damos cuenta de que la fórmula para vivir mejor y crear un mundo con más paz es educar desde la paz; educar desde la comunicación asertiva; educar desde los valores y la inteligencia emocional para que la gente tenga un GPS o una mejor caja de herramientas de autoconocimiento. Al final, esa es la gran asignatura que le queda pendiente al ser humano. Podrá saber mucho de Geografía. Es un arquitecto o una arquitecta fabulosa, pero que poco se conoce, que poco entiende su mundo emocional. Por qué siempre tiene que depender de ir a un médico para que le recete algo contra el insomnio y no es capaz de ir detectando las señales que el cuerpo da y por qué ese insomnio está llegando a ti y qué tiene que ver con procesos cognitivos sensoriales. Uno debe ser capaz de hacer pausas y hacer ecografías para entender qué está diciendo el cuerpo, qué está sucediendo en la mente y cómo yo estoy vibrando, porque al final Albert Einstein lo dijo. La energía es la entidad gobernante sobre la partícula entiéndase la materia. Entonces, si nosotros somos materia orgánica, ¿quién dirige nuestra materia? Eso es lo que yo me he dedicado a compartir, porque a mí me transformó la vida,

Como tú bien has dicho. Tengo una historia de suicidios, una historia de esquizofrenia, una historia de depresión, una historia sobre todo de tabú, de estigma, autismo y de secretismo. Muchos familiares sentían vergüenza de ese tipo de enfermedad o trastorno cerebral o mental. Entonces hay que hablar de esto. Mira al Príncipe Harry y a Meghan en la entrevista con Oprah Winfrey. No importa que vivas en un palacio si no hay salud mental, si no hay autoconocimiento, si no hay coherencia con lo que sientes. Poco vale ser de la realeza o ser rico o ser pobre, porque al final lo que importa es que uno se sienta conectado con un alto nivel de riqueza espiritual.


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