INCIDENTES EN NUEVA ORLEANS Y LAS VEGAS EXPONEN RIESGOS INTERNOS
Redacción El Comercio de Colorado
El 2025 comenzó con dos actos de terrorismo doméstico en Nueva Orleans y Las Vegas, dejando un saldo de al menos 21 muertos y decenas de heridos. Los incidentes fueron protagonizados por militares estadounidenses, uno veterano y otro en servicio activo, destacando el riesgo del fanatismo y las tensiones políticas internas. A pesar de las similitudes en los casos, las autoridades descartan hasta ahora cualquier conexión entre los atacantes.
El ataque en Nueva Orleans
En Nueva Orleans, Shamsud Din Jabbar, un exmilitar estadounidense de origen musulmán, condujo una camioneta a toda velocidad por la concurrida calle Bourbon, peatonalizada para las celebraciones de Año Nuevo. El ataque dejó 14 muertos y más de 30 heridos antes de que Jabbar fuera abatido. Según el FBI, Jabbar, de 42 años, estaba inspirado por el Estado Islámico (EI), hecho confirmado por videos que publicó en redes sociales antes del incidente.
Jabbar grabó videos utilizando gafas inteligentes, en los que declaraba su apoyo al EI y justificaba sus acciones como parte de una “guerra entre creyentes e incrédulos”. Además, se encontraron explosivos sin detonar en una nevera portátil dentro del vehículo que utilizó en el atentado. Las autoridades confirmaron que actuó solo y que había planeado el ataque en detalle desde octubre, cuando comenzó visitó Nueva Orleans en múltiples ocasiones.
Explosión en Las Vegas
Horas después, en Las Vegas, Matthew Livelsberger, un miembro activo de las Fuerzas Especiales del Ejército de EE.UU., detonó un vehículo frente al Trump Hotel, dejando siete heridos. Livelsberger, de 37 años, dejó cartas en su teléfono explicando que la explosión tenía la intención de ser un “llamado de atención” al país. En sus escritos, criticó al liderazgo estadounidense y denunció lo que consideraba una decadencia moral y política del país.
El vehículo, un Tesla Cybertruck rentado en Colorado, estaba cargado con explosivos caseros, incluyendo morteros de fuegos artificiales, cilindros de gas y combustible para acampar. Livelsberger, quien reside en Colorado Springs, murió por una herida autoinfligida con arma de fuego momentos antes de la detonación. La explosión, aunque potente, causó daños limitados debido al diseño del vehículo, que redirigió el impacto hacia arriba.
Coincidencias y diferencias
Jabbar y Livelsberger habían sido militares y estudiaron en la misma academia en Carolina del Norte, entonces conocida como Fort Bragg. Sin embargo, las autoridades aseguran que no hay evidencia de coordinación entre ambos. Livelsberger estaba en servicio activo y tenía un historial decorado, incluyendo medallas por su servicio en combate, mientras que Jabbar era un veterano con antecedentes más oscuros, marcados por el extremismo religioso.
Ambos hombres también utilizaron la aplicación de renta de vehículos Turo para adquirir los autos usados en los ataques. Este hecho, junto con sus antecedentes militares y la proximidad temporal de los ataques, ha generado especulaciones sobre una posible conexión. Sin embargo, el FBI insiste en que se trata de coincidencias. Han insistido que Jabbar y Livelsberger actuaron solos, cada uno por su parte.
Impacto y reacciones
Los ataques han reavivado las preocupaciones sobre el terrorismo doméstico y el impacto del estrés postraumático en militares. Livelsberger, según las autoridades, sufría de trastorno de estrés postraumático (TEPT) después de múltiples despliegues en Afganistán y otros países. Este caso ha puesto de nuevo sobre la mesa el debate sobre la salud mental en las fuerzas armadas y el acceso a tratamientos adecuados.
El presidente Joe Biden y el presidente electo Donald Trump condenaron los ataques en declaraciones públicas. Biden destacó la importancia de abordar el terrorismo interno como una prioridad nacional. Mientras, Trump prometió un enfoque más agresivo contra el extremismo en su próxima administración.
Investigaciones en curso
El FBI continúa investigando ambos casos, recopilando evidencia de dispositivos electrónicos, registros de vehículos y entrevistas con conocidos de los atacantes. En Las Vegas, las autoridades están rastreando los movimientos de Livelsberger desde Colorado, utilizando datos de estaciones de carga y cámaras de seguridad. En Nueva Orleans, los agentes examinan las conexiones de Jabbar con grupos extremistas y posibles fuentes de inspiración.
Aunque los dos incidentes parecen no estar conectados, subrayan los peligros de la radicalización interna y la necesidad de redoblar los esfuerzos para prevenir el terrorismo doméstico. Las autoridades advierten que, aunque estos ataques fueron aislados, representan un creciente desafío para la seguridad nacional de EE.UU. en 2025.
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