Inesperada bendición trajo el terremoto

Por María Marín

Aquella fatídica noche, Afraa Abu Hadiya despertó repentinamente y se vio atrapada por el aplastante peso de bloques triturados, varillas retorcidas y una espesa nube de polvo que amenazaba su respiración. Como si tal desespero fuera poco, seguramente se sumaba el tener que oír la agobiante voz de su esposo o alguno de sus cuatro hijos pidiendo auxilio.

También podría haber pensado en la causa real de aquella funesta pesadilla: ¿Sería un temido bombardeo parte de la guerra civil que lleva viviendo su país sirio por más de 10 años? Al día siguiente los cuerpos sin vida de Afraa y su familia fueron encontrados. Pero lo que halló un vecino junto a ella, ha sido una de las noticias mas increíbles y esperanzadoras.

Antes de morir, la mujer parió la bebé, de la cual tenía nueve meses de embarazo. Me rompe el corazón pensar en la angustia que sufrió esta madre mientras pujaba y era abatida por la incertidumbre de qué pasará con sus seres queridos. Lo que sí puedo asegurar es que Afraa jamás imaginó es que con su historia otros buscarían ser más felices.

Cualquier tragedia jamás debería causar alegría. Sin embargo, noticias sorpresivas como desastres naturales, accidentes mortales, crímenes o estar en cierto lugar a la hora equivocada nos recuerdan que la vida es efímera y que el día menos imaginado puede llegar la muerte. No existe lugar seguro; ni tan siquiera el propio hogar con el mejor sistema de seguridad.

Un estudio de la Universidad Harvard acaba de confirmar que las personas más conectadas a familiares y amigos son más felices. Concéntrate en vínculos de buena calidad y saca tiempo para ellos. Creo que Afraa y su familia eran tan felices como familia que tuvieron que partir los seis juntos. ¡Ojalá su bebita encuentre un gran hogar y tú seas inspirado a ser feliz!