Jesús Sánchez Meleán
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Reconozco que la palabra “empoderamiento” me sonaba muy chocante y estridente cuando la comencé a escuchar hace unos 20 años. Me resistía a usarla. Me escabullaba por la primera alternativa lingüística que conseguía para no tener que pronunciarla. Tampoco me gustaba escribirla. Me daba hasta escalofrío el tener que llegar al “llegadero” en el cuál esa palabra acomodara de forma natural. Lo mismo me pasa con otras dos palabritas, “orgánico” y “resiliencia”. Evito a toda costa el recurrir a ellas. Todavía no las entiendo y no me parecen útiles. Empoderados.
Sin embargo, también debo reconocer que hace poco, muy recientemente, he encontrado cierta riqueza de contenido en la palabra “empoderar”. Y la he comenzado a usar, poco a poco, con diferentes conjugaciones u ocupando diferentes funciones en la oración. Por ejemplo, puedo decir que los hispanos están siendo “empoderados” en los Estados Unidos. No me refiero que se crean “el último refresco del desierto”. Mi punto es que esta comunidad ha comenzado a usar su potencial para contribuir de diversas maneras en el desarrollo del país.
Silvana Montenegro, directora de Advancing Hispanics & Latinos en JPMorgan Chase, me compartió algunas cifras que son reveladoras sobre el desempeño que están teniendo los hispanos en EEUU. La fuerza económica de esta comunidad contribuyó con 2.7 billones de dólares del Producto Interno Bruto (PIB) anualmente en promedio en la actual década. En el mismo lapso, los hispanos han mostrado que poseen 1.9 billones de dólares de poder adquisitivo promedio.
Empoderados
Con estas cifras, los hispanos en EEUU representarían la séptima economía del mundo si constituyeran un país. La pandemia los golpeó fuertemente. Diría muy a mi pesar que los hispanos son “resilientes” porque la parálisis de economía del 2020 y 2021 no acabó con ellos. En EEUU, un cuarto de los pequeños negocios sigue teniendo propietarios de origen hispano. Son unos 437 millones de negocios establecidos que operan debido a la iniciativa de aquellos con un origen que se ubica al sur del rio grande.
Digamos que el espíritu emprendedor de los hispanos se puede describir como “orgánica”. Es decir que el impulso para progresar y desarrollarse es natural en los hispanos. De otra manera no se explica el que esta comunidad haya podido superar los obstáculos que tiene en frente. Imaginen que pudiera pasar si a esa comunidad en general, y en particular a los 14 millones de hispanos sin estatus migratorio, el estamento político norteamericano le permite tener acceso a las mismas oportunidades que tiene el resto de población.
Estoy seguro que habría que inventar una nueva palabra para poder describir esta nueva realidad que esos hispanos ayudarían a construir en EEUU.
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