noviembre 10, 2025

El viaje del mezcal que conquista corazones  

El viaje del mezcal que conquista corazones  

EN DENVER | Ignacio Gutiérrez con su mezcal Meztlán. (Foto/El Comercio de Colorado) 

IGNACIO GUTIÉRREZ, MARLENE BEDOYA Y FAUSTO FÉLIX ENLAZAN TRADICIÓN Y FUTURO 

Redacción El Comercio de Colorado 

Este contenido fue publicado originalmente en @thelatidobeat

En Santiago Matatlán, un pequeño poblado de Oaxaca conocido como la capital mundial del mezcal, la tradición se respira en cada rincón. Allí, Ignacio Gutiérrez y su padre mantienen viva una herencia que se remonta a generaciones. Nos referimos a la producción artesanal del mezcal Meztlán. Con paciencia y respeto por la tierra, cultivan agaves que tardan entre 8 y 12 años en madurar, y en el caso de los silvestres, hasta 24 años. Ese tiempo largo y silencioso es el primer acto de amor que dará vida a la bebida de los dioses. 

“Mi padre sigue en el método ancestral. Su molienda es manual con mazo de madera, la fermentación en tinas abiertas y la destilación en ollas de barro”, cuenta Ignacio con orgullo. “Yo ya produzco mezcal artesanal. En el proceso de producción de mi mezcal usamos la tahona de piedra tirada por un caballo, pero seguimos fieles al horno de leña y al alambique de cobre. Nada de gas ni máquinas con motor”. Cada botella que sale de Santiago Matatlán lleva consigo el humo del fogón, el aroma del agave cocido y la esencia de su tierra. 

EN OXACA| Produccion artesanal del mezcal Meztlán. (Foto/ Agave Republic) 

Agave Republic y “Amor a la Mexicana” 

El mezcal de Ignacio y su familia podría haberse quedado como un tesoro local, reservado para fiestas y rituales en Oaxaca. Pero la historia tomó un rumbo distinto gracias a Marlene Bedoya, una empresaria radicada en Colorado que vio en esta bebida un puente cultural y una oportunidad de negocio. A través de empresa de promoción y mercadeo cultural, Agave Republic, y su iniciativa, el festival anual “Amor a la mexicana”, Marlene impulsa la entrada del mezcal a los mercados norteamericanos, pero sin perder su raíz. 

“Lo nuestro no es vender botellas, es contar historias”, dice Bedoya. “Cada sorbo de mezcal lleva el relato de un campesino, de una familia trabajadora y de una geografía, de un paisaje. Mi papel es abrir puertas, tender puentes entre quienes producen con amor y quienes quieren probar algo auténtico, diferente”. Su estrategia no se basa en competir con tequilas industriales o marcas globales. Bedoya y su equipo buscar hacer posible que los productos artesanales, “los que son genuinos, únicos, los que no se repite de lote en lote, lleguen a los consumidores en Colorado”. 

El maridaje del mezcal y la comida 

El chef y restaurantero Fausto Félix ha encontrado en el mezcal una joya gastronómica capaz de acompañar distintos momentos de la mesa. “El mezcal es súper versátil. Se puede tomar como aperitivo, acompañar la comida o incluso disfrutarse como postre”, comenta. Para él, una de las combinaciones más sorprendentes es el carajillo preparado con buen mezcal, “que es lo máximo”. También recomienda iniciar con un shot o con una margarita de mezcal para abrir las papilas gustativas y permitir que el comensal se transporte a México desde el primer sorbo. 

Más allá de las recomendaciones del chef, en muchos restaurantes se ha popularizado acompañar el mezcal con naranjas, sal de gusano o incluso chocolate amargo, elementos que intensifican la experiencia sensorial y ayudan a resaltar los matices de la bebida. Estas prácticas forman parte del universo cultural que enriquece la degustación de este destilado oaxaqueño. “El mezcal no se bebe de golpe, se saborea despacio”, comenta el restaurantero.  


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