
TRUMP CASTIGA REPRESALIAS DE PEKÍN
Redacción El Comercio de Colorado
La administración del presidente Donald Trump anunció un nuevo arancel de hasta el 245% sobre las importaciones procedentes de China, intensificando gravemente las tensiones comerciales entre ambos países. Esta decisión fue detallada en una hoja informativa difundida por la Casa Blanca el martes 15 de abril, en respuesta a las restricciones recientes de exportación y represalias comerciales impuestas por Pekín.
Según la Casa Blanca, estos nuevos aranceles buscan contrarrestar las prácticas de distorsión de mercado por parte de China, incluyendo la manipulación de precios y la suspensión de exportaciones clave como metales raros usados en la industria militar, automotriz y tecnológica. La medida forma parte de una ofensiva comercial más amplia que incluye una orden ejecutiva para investigar la seguridad nacional frente a la dependencia estadounidense de minerales críticos importados.
Cadenas de suministro
Bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, el secretario de Comercio deberá emitir un informe que evalúe los riesgos para las cadenas de suministro y proponga acciones para proteger la seguridad económica y militar de EE.UU. Este aumento del arancel responde directamente a las últimas represalias de China, que elevó a 125% los aranceles a productos estadounidenses y prohibió exportaciones estratégicas hacia EE.UU.
La administración Trump dejó claro que las tarifas individuales para otros países están suspendidas mientras avanzan negociaciones, pero no así para China. Trump justificó la medida como parte de su “Plan Justo y Recíproco” para proteger la industria estadounidense y garantizar la seguridad nacional. Afirmó que más de 75 países ya han iniciado conversaciones comerciales con EE.UU. desde la implementación de sus políticas arancelarias.
La respuesta de China

Hasta el 15 de abril de 2025, China había respondido con fuerza a las medidas de EE.UU. En una escalada rápida, Pekín impuso una tarifa general del 125% sobre la mayoría de las importaciones estadounidenses, como represalia directa a los aumentos arancelarios decretados por la Casa Blanca. Esta cifra representa el nivel más alto de respuesta comercial de China hasta la fecha.
La escalada se desarrolló en etapas: el 4 de abril China subió sus aranceles al 34%, el 10 de abril los incrementó al 84%, y el 12 de abril alcanzó el 125%, cifra que permanecía vigente cuando EE.UU. anunció su nuevo arancel del 245%. Esta secuencia demuestra la intensidad con la que ambos países han intensificado su guerra comercial. Además de las tarifas, China ha adoptado otras represalias estratégicas.
Una de las más contundentes ha sido la restricción a la compra de aviones Boeing y piezas aeronáuticas fabricadas en EE.UU. Las aerolíneas chinas recibieron instrucciones de no aceptar nuevas entregas, una medida que afecta directamente a uno de los sectores exportadores clave de la economía estadounidense. China también ha restringido la exportación de minerales críticos como galio, germanio, antimonio y varios metales de tierras raras.
Estos materiales son esenciales para la producción de semiconductores, componentes aeroespaciales y equipos militares. Al limitar el acceso a estos insumos, Pekín busca impactar la capacidad industrial y tecnológica de EE.UU. Otra medida tomada por China ha sido la inclusión de 16 empresas estadounidenses en su lista de control de exportaciones.
Estas compañías, principalmente del sector defensa y aeroespacial, ahora enfrentan restricciones para adquirir bienes de “doble uso”, como minerales y tecnología crítica. La medida dificulta su capacidad de operación y desarrollo.
Para más detalles, consulta el documento oficial de la Casa Blanca:
https://www.whitehouse.gov/fact-sheets/2025/04/fact-sheet-president-donald-j-trump-ensures-national-security-and-economic-resilience-through-section-232-actions-on-processed-critical-minerals-and-derivative-products/
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