¿Rendir Cuentas o Tomar Responsabilidad?

Por Frank Clavijo

En la edición anterior escribí algo acerca del tema de tomar responsabilidad, y esta oportunidad me gustaría ampliar el tema. Rendir cuentas de nuestras acciones (“accountability” como se le conoce en inglés), y tomar responsabilidad no es lo mismo. Aunque estos dos términos pueden tener algunas similitudes, tienen características distintas que los separan.

Por ejemplo, en las relaciones de pareja las responsabilidades pueden ser compartidas, no así el comportamiento individual.  De alguna manera las responsabilidades pueden ser asignadas, mientras que la rendición de cuentas es tomar posesión de las acciones y decisiones, es algo así como la responsabilidad aceptada. La rendición de cuentas también hace a la persona responsable de las consecuencias de sus acciones o decisiones.

La rendición de cuentas y la responsabilidad personal no es un rasgo con el que las personas nacen o que está en el ADN. Es una forma de vida que se puede aprender y requiere acción.  La rendición de cuentas es específicamente individual por algo que fue absolutamente su decisión, y es algo que se asume después de que ha sucedido una determinada situación, y es cómo responde ahora y se apropia de las consecuencias.

¿Qué pasa si no toma responsabilidad o no se rinde cuentas por las acciones? Es común que algunas personas quieran evadir la responsabilidad de sus acciones a través de la culpa a otros por sus errores. Si no se asume responsabilidad de las acciones, esto hará más difícil verse a si mismo/a y hacer los cambios necesarios para mejorar.

Culpar a otras personas por cómo se sintió o reaccionó, es una actitud irresponsable y a la vez una barrera para ver sus propios errores. ¿En qué ayuda el tomar responsabilidad por los errores cometidos?

Cuando se ha cometido un error, se genera mucho dolor emocional en si mismo/a, como la vergüenza o sentimiento de culpa. Para evitar este dolor, es normal que algunas personas se dejen llevar por la tendencia a ignorar u ocultar el error, y hasta culpar a otros; pero así nunca se aprende. Los errores tienen mucho que enseñarnos si dejamos que nos enseñe.

Para evitar caer en el mismo error, no sólo es necesario reconocer que se equivocó, sino que tiene que aprender a resistir el dolor emocional, asimilar los propios errores y saber qué hay que hacer en adelante para no volver a cometer los mismos errores.

Las personas responsables son capaces de identificar rápidamente los problemas y encontrar posibles soluciones. A veces puede ser difícil asumir la responsabilidad personal; sin embargo, encontrará que ofrece muchas ventajas.

Para ser más responsable de sus actos, asegúrese de tener claros sus roles y responsabilidades. Sea honesto/a consigo mismo/a y con los demás, para que así pueda admitir cuándo se equivoca, saber disculparse y seguir adelante.

Recuerde que sus emociones, su manera de pensar, sus actitudes, su destino, son de su responsabilidad absoluta. Mientras siga señalando a alguien o siga buscando culpables por su situación actual, seguirá atrapado/a y estancado/a en el hoyo de las víctimas, y cuando está en el lugar de víctima, está atrapado en su propia miseria emocional.