Jesús Sánchez Meleán
Para sorpresa y estupefacción, Bernie Moreno, el recién electo senador por Ohio, declaró que Estados Unidos debería entenderse con Nicolás Maduro. Según él, esto implicaría aceptar al dictador venezolano bajo ciertas condiciones, como el que acepte migrantes deportados y corte relaciones con China. Según Moreno, hasta podrían repetir las elecciones para que las “supervise” Maduro. El planteamiento carece de sentido práctico y representa un ataque a los principios morales y democráticos que guían a la política exterior de Estados Unidos.
¿Cómo puede el senador Moreno proponer un acuerdo con quien desconoce una elección y se autoproclama presidente? Se trata además de un prófugo que enfrenta una orden de captura emitida por Estados Unidos en 2020. El Departamento de Justicia acusa a Maduro de narcotráfico y terrorismo, señalándolo como cabeza del Cartel de los Soles. Su implicación en el tráfico de drogas y armas, en colaboración con grupos terroristas como las FARC, es una amenaza directa para la seguridad global.
¿Qué ha cambiado desde entonces para que ahora se contemple abrirle los brazos al tirano? Maduro no es solo un usurpador del poder que robó elecciones y manipuló la voluntad popular. Es también un criminal internacional, con una recompensa de 15 millones de dólares ofrecida por el gobierno estadounidense por su captura. ¿Cómo justifica Bernie Moreno su postura de “cooperar” con un hombre señalado como líder de una conspiración de narcoterrorismo? ¿Esta posición refleja también la postura de Trump y del futuro secretario de Estado, Marco Rubio?
Aceptar a Maduro como interlocutor no solo legitima sus crímenes, sino que traiciona a los millones de venezolanos que han sufrido su régimen. Reconocer su dictadura y repetir elecciones bajo su control sería permitir que el lobo cuide a las ovejas. La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, ha condenado repetidamente al régimen chavista. El que EEUU considera la postura de Bernie Moreno significa un retroceso. Sería un golpe devastador, una traición, para quienes luchan por la libertad y la democracia en Venezuela.
Es imperativo que las voces responsables en Washington se levanten contra esta propuesta absurda. Maduro debe rendir cuentas por sus crímenes, no ser premiado con legitimidad. La democracia no puede ser negociable, y menos cuando está en juego la dignidad de un pueblo que ha resistido una de las dictaduras más crueles de América Latina.
Declaraciones de Bernie Moreno
Cartel de búsqueda de Nicolás Maduro
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