Pacientes COVID prologado sufrirán con fin de la emergencia

Pacientes COVID prologado sufrirán con fin de la emergencia

PERSISTEN LOS SÍNTOMAS| El COVID impactó el funcionamiento cerebral de Shelby Hedgecock. (Foto/Cortesía de Shelby Hedgecock)

PACIENTES MUESTRAS SÍNTOMAS DE AFECCIONES CEREBRALES

Jackie Fortiér / KFF Health News

A un paso del fin de la emergencia nacional de salud pública en mayo, muchas personas con síntomas prolongados de COVID se sienten abandonadas por legisladores que están ansiosos por dar vuelta la página. “Los pacientes están perdiendo la esperanza”, dijo Shelby Hedgecock de Knoxville, Tennessee, quien se identifica como sobreviviente de covid-19 de largo plazo y ahora aboga por pacientes como ella. “Nos sentimos olvidados”.

En marzo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estimaron que un 6 por ciento de los adultos en Estados Unidos -unos 16 millones de personas-, sufren el síndrome de COVID prolongado: problemas de salud persistentes o que emergen después de la infección. Investigadores estiman que el 1,6 por ciento de los adultos estadounidenses -alrededor de 4 millones de personas- tienen síntomas que afectan sus capacidades diarias.  

Más de 200 síntomas y afecciones, incluyendo fatiga y depresión, están relacionados con este síndrome, dijo Linda Geng, que trata a pacientes en la clínica de Post-Acute COVID-19 Syndrome (PACS) de la Universidad de Stanford. Su gravedad y duración puede variar. Algunas personas se recuperan en unas pocas semanas, mientras un número menor tiene problemas de salud persistentes y debilitantes.

No hay cura

Actualmente no existe ninguna prueba, tratamiento o cura. Ni siquiera hay una definición médica aceptada. “Cuando no existen pruebas para comprobar que hay algo anormal, puede causar ansiedad y las personas pueden sentir que no las toman en serio”, dijo Geng. “Una de mis amigas se suicidó en mayo de 2021. Tuvo una infección de COVID leve, pero tuvo complicaciones médicas y se puso tan mal que decidió terminar con su vida”. dijo Hedgecock.

La fatiga crónica seguida por la niebla cerebral y la tos persistente son los síntomas más comunes según una encuesta del COVID-19 Pandemic Research Center de la Universidad del Sur de California. Entre los encuestados que dijeron sufrir de COVID prolongado, el 77 por ciento dijeron que su condición limitaba actividades diarias como ir a la escuela o al trabajo, o socializar. Una cuarta parte dijeron experimentar limitaciones severas.

Los antivirales reducen el riesgo de desarrollar COVID prolongado en personas recién infectadas. Pero para aquellas que ya sufren de la enfermedad, la ciencia médica todavía se está poniendo al día. Antes de contraer COVID durante la primavera de 2020, la vida de Hedgecock giraba en torno al ejercicio. Trabajaba como entrenadora personal en Los Ángeles y participaba en competencias de resistencia los fines de semana.

Afectación cerebral

A los 29 años, estaba a punto de lanzar su propio negocio de salud y bienestar, pero empezó a tener problemas para respirar. “Una de las cosas más aterradoras que me pasaron fue que no podía respirar por la noche”, dijo Hedgecock. “Fui a la sala de emergencias en tres ocasiones, y cada vez me dijeron: ‘Estás aquí, te puedes mover, eres joven, estás sana. Vas a estar bien’”. Por año y medio, no pudo disfrutar de uno de sus pasatiempos favoritos: la lectura.

“No podía mirar una página y decirte lo que decía. Era como si hubiera una desconexión entre las palabras y mi cerebro. Era una sensación tan extraña y desalentadora”, dijo. Meses después, bajo la dirección de un especialista, Hedgecock se sometió a una prueba que mide la actividad eléctrica en el cerebro. La prueba reveló que su cerebro había estado privado de oxígeno durante meses, dañando la zona que controla la memoria y el lenguaje.

Sigue sin poder trabajar

Desde entonces, Hedgecock se mudó de vuelta a Tennessee para estar cerca de su familia. No sale de su departamento sin un dispositivo de alerta médica que puede usar para llamar a una ambulancia. Está bajo el cuidado de un equipo de especialistas y se siente afortunada, ya que conoce a personas con covid prolongado en grupos de ayuda en línea que van a perder su seguro de salud a medida que las protecciones de Medicaid establecidas durante la pandemia expiran.

Otras personas siguen sin poder trabajar. “Muchos han perdido todos sus ahorros. Algunos no tienen donde vivir”, dijo Hedgecock.Julia Landis llevaba una vida plena como terapeuta antes de contraer covid en la primavera de 2020. “Estaba ayudando a la gente, me encantaba mi trabajo y amaba mi vida, y he perdido todo eso”, dijo la mujer de 56 años, que vive con su esposo y su perro en Ukiah, condado de Mendocino.

En 2020, Landis vivía en un departamento en Phoenix y hacía un tratamiento por telemedicina para su bronquitis, que fue provocada por la covid. Lo que había comenzado como un caso leve se convirtió en una depresión severa. “Estuve en cama durante un año”, dijo. Todavía está deprimida y tiene dolores debilitantes y ansiedad.

Para compensar la pérdida de ingresos, su esposo trabaja más horas, lo que profundiza su soledad. “Me gustaría vivir en un lugar donde hubiera gente los siete días de la semana para no sentirme tan aterrada de estar sola todo el día”, dijo Landis. “Si esto fuera cáncer, estaría viviendo con mi familia, de eso estoy segura”.

Landis se refiere a sí misma como una paciente profesional, llenando sus días con fisioterapia y citas médicas. Está mejorando gradualmente, y puede socializar con otros de vez en cuando, aunque esto la deja exhausta y puede tardar días en recuperarse. “Es aterrador porque no hay forma de saber si será así por el resto de mi vida”, dijo.

“Me sentí traicionada”

Linda Rosenthal, una asistente de escuela secundaria jubilada de 65 años, tiene síntomas prolongados de covid, incluyendo una inflamación en el pecho que hace que le cueste respirar. Le ha resultado difícil obtener atención médica. Llamó a un cardiólogo en Laguna Woods, condado de Orange, quien le dio un tratamiento. Pero cinco días después recibió por correo una carta del doctor en la que le decía que ya no podría brindarle servicios médicos.

La carta no explicaba por qué. “Estaba tan sorprendida”, dijo. “Y entonces me sentí traicionada, porque es terrible recibir una carta de un médico diciendo que ya no te quiere como paciente, aunque esté en su derecho de rechazarte, porque te hace dudar de ti misma”. Rosenthal encontró a otro cardiólogo dispuesto a hacer visitas de telemedicina. En su consultorio, los asistentes usan máscaras, aunque la regla estatal ha expirado.

Sin embargo, el consultorio está a más de una hora en auto de donde ella vive. Si te encuentras en una crisis, comunícate con la Línea de Crisis y Suicidio llamando al 988 o enviando un mensaje de texto con la palabra “HOME” al 741741.


También te puede interesar:

Las vacunas repotenciadas contra Ómicron

Mensaje para los beneficiarios de Health First Colorado

Colorado frena medicamento para revertir el aborto