Ir o no ir

Ir o no ir

Jesús Sánchez Meleán

La escuela secundaria North Paulding en Georgia le dio un pésimo ejemplo al mundo al haber permitido que sus estudiantes regresaran a clase sin usar máscaras. La foto de un pasillo en la North Paulding repleto de estudiantes, sin respetar la distancia social y sin protección, evidenció la poca atención que el director de esa escuela, y los administradores del Paulding County School District, le prestaron a las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Me atrevería a decir que ni llegaron a leer la guía para la reapertura de las escuelas de los CDC.

Los estudiantes y sus familias; los profesores y sus familias; los trabajadores y sus familias pagan ahora las consecuencias. Cinco días después del inicio de clases, el director de la escuela informó que habían encontrado nueve casos positivos de COVID-19 dentro de la comunidad educativa. Son seis los estudiantes contagiados y tres trabajadores. No especificaron si se trataba o no de profesores. Lo importante es que el número de contagiados pudiera aumentar porque hay personas que esperan por el resultado de sus pruebas.

La reapertura de las clases presenciales ha sido nefasta para Georgia. En el Cherookee County School District, a poca distancia del Paulding County School District, alcanzan la cifra de 1.200 contagiados por COVID-19 durante la primera semana de clase. Las autoridades del Cherokee tuvieron que cerrar las escuelas y volver al sistema de enseñanza en línea, hasta nuevo aviso. No tengo duda en afirmar que las autoridades de esos dos distritos escolares en Georgia deberían ser destituidos luego de aplicarles fuertes medidas disciplinarias.

La reapertura de las aulas escolares puede ser exitosa siempre y cuando se atiendan las recomendaciones de las autoridades. Los CDC han determinado que las máscaras deben usarse en todo momento. A los estudiantes se les debe entregar el líquido para desinfectarse las manos que deben usar por lo menos cuatro veces en el tiempo que permanezcan en la escuela. Los CDC indican que los estudiantes deben agruparse en pequeños grupos dentro de los salones de clase. Y los integrantes de esos grupos deben ser siempre los mismos.

Estos expertos en enfermedades virales consideran que se deben crear varios turnos para evitar el congestionamiento en las escuelas. Incluso, los CDC sugieren que no es necesario que los estudiantes vayan todos los días a clases presenciales, aunque no determinan cual es el número de días más adecuado. Y como recomendación importante, los CDC motivan a los directores de las escuelas a impartir parte de las clases al aire libre, en la medida que eso sea posible.

Los CDC exhortan a los distritos escolares a orientar a la comunidad educativa. Una forma de educar es el colocar letreros para organizar la circulación y para recordar la necesidad de conservar la distancia social. Para los CDC también es crucial que se le practiquen pruebas a toda la comunidad educativa, incluyendo los estudiantes, dos veces al mes. Y dejan expreso que estas pruebas deben ser practicadas en forma gratuita. Y por ultimo, los CDC motivan a las autoridades de los distritos a prestar atención a las tasas de contagio en la zona donde operan.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se tomó en serio esas recomendaciones de los CDC y aprobó la vuelta a clase basándose en el respeto a esa guía. Lo importante, es que Coumo pidió que en la discusión sobre los planes para el regreso a clase también se debe escuchar la opinión de los profesores y los padres de los estudiantes. Y tiene sentido. Sin profesores no hay clases y sin estudiantes tampoco. Se cuentan por miles, las jubilaciones tempranas de maestros que tiene miedo de regresar a dar clases.

Y el dilema de mandar o no a los hijos a clase se vive a diario en los hogares. Es indiscutible el beneficio psicológico y económico que tiene el funcionamiento normal de las clases. Sin embargo, es un acto irresponsable el forzar la reapertura de las escuelas si no se puede garantizar la salud de todos. Quienes están a cargo de esas reaperturas tienen una gran responsabilidad en sus manos y si fallan deben ser duramente penalizados.


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