Adiós a Flor Silvestre

Adiós a Flor Silvestre

FLOR SILVESTRE| Matriarca de una dinastía artística. (Foto/EFE)

EMBLEMÁTICA VOZ DE LA CANCIÓN MEXICANA

México/Agencia Efe

Flor Silvestre, la emblemática voz femenina de la canción mexicana murió a los 90 años de edad, en Zacatecas, en su Rancho “El Soyate”. Flor Silvestre fue un ícono de belleza y talento y es recordada por su gran voz, su amplia trayectoria como actriz de la Época de Oro del cine mexicano (1933-1964) y por ser la matriarca de una de las familias que ha dejado un importante legado en la música vernácula mexicana.

Su nombre real era Guillermina Jiménez Chabolla y nació el 6 de agosto de 1930 en Salamanca, Guanajuato. El talento para el canto fue heredado de su madre. Con tan solo 8 años comenzó a cantar para sus padres. Tras terminar los estudios primarios se trasladó a la Ciudad de México junto con su familia para estudiar secretariado y a los 13 años la cantante impactó a todos los presentes en su primera presentación en un escenario.

El siguiente paso fue cantar en una popular estación de radio. Fue el locutor Arturo Blancas quien le propuso hacerse llamar Flor Silvestre, nombre inspirado en la película homónima protagonizada por Dolores del Río. Los contratos comenzaron a llegar tras ganar un concurso organizado por otra estación de radio. Esto le permitió formar parte del Teatro Colonial, uno de los más renombrados de la época e irse de gira por Latinoamérica.

Adiós a Flor Silvestre

Radio, cine y discos

A su regreso, la cantante comenzó a cantar en El Patio, un centro nocturno donde artistas como Judy Garland, Lucha Villa, Pedro Vargas y Raphael tuvieron presentaciones. A partir de entonces la carrera de Flor comenzó a crecer. Fue conductora y cantante de un programa de radio, recibió sus primeras propuestas para hacer películas y grabó sus primeros discos. El zar del cine mexicano, Gregorio Walerstein, la contrató para ser parte de cinco de sus películas.

Su discografía abarca más de 30 álbumes con géneros mexicanos y latinoamericanos con éxitos como “Cielo Rojo”, “Renunciación” y “Mi casita de paja”, entre otras que marcaron su carrera. Entre las películas más conocidas de la actriz están “El bolero de Raquel” (1957), al lado de Mario Moreno; “La cucaracha” (1959), junto con María Félix; y “Tres muchachas de Jalisco” (1964).

Adiós a Flor Silvestre

Matriarca de una dinastía

 

Flor tuvo tres matrimonios. Su primer marido fue Andrés Nieto, con quien tuvo a la bailarina Dalia Inés Nieto. Su segundo esposo fue el locutor y cronista taurino Francisco Rubiales, con quien tuvo a Francisco y Marcela Rubiales. Tras un triste divorcio, la actriz se casó con el prolífico cantante, actor, productor, guionista y cineasta Antonio Aguilar, quien confesaría que fue “el amor de su vida” y con quien trabajaría en algunas producciones cinematográficas.

Su romance comenzó en las grabaciones de la película “La rebelión de la sierra” en 1957 y se casaron por el civil en 1959. Un año más tarde nació el también cantante y actor Antonio Aguilar y ocho años después nacería el popular Pepe Aguilar. El talento de Antonio Aguilar y Flor Silvestre fue heredado por sus hijos y nietos, quienes han continuado con la dinastía, pues la mayoría de ellos ha seguido los pasos de estas grandes figuras.


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