Petición de Comunicación

Ser un ser Biosocioespiritual Amor en los tiempos de coronavirus Un problema una solución

Por María Alejandra Morales

La comunicación cada día abre paso en los seres humanos a poder expresar sin límites las ideas. Sin embargo, en lo que respecta a los sentimientos, estos se ven cada día mas bloqueados por maquillaje, vidas perfectas, apariencias y filtros. Las redes sociales aun cuando hacen cortas las distancias físicas y el generalizar modas, llevan a hacer brechas suficientemente amplias entre los seres humanos como para minimizar un real sentir.

La comunicación es un proceso mágico que está regido por estilos que cada individuo coloca en sus comunicaciones. Si se da la perspectiva de proceso a la comunicación se debe tomar en cuenta que al respecto un ingrediente básico es el reconocer que toda comunicación lleva integrada una petición. Cuando se emite un mensaje se está pidiendo y recibiendo. Se debe comunicar con la certeza que estamos bajo la intención de pedir algo.

La consecuencia será recibir. Evidentemente quien pide tiene poder, ya que sabe lo que quiere y donde buscarlos. Pero no basta con pedir. Es allí donde está el reto de la comunicación. Hay que buscar el escenario idóneo para hacerlo, ya que el contexto psicológico de una conversación influye decisivamente en los resultados. Las personas buscan explicaciones, información, soluciones, tranquilidad, aceptación y encajar en un patrón de personalidad o vida.

Cada día surgen entes de comunicación de mayor alcance en las redes sociales que ofrecen lo que la gente busca desde diversas perspectivas. El mercado de la comunicación en los tiempos de pandemia se ha redefinido, reestructurado y han sido muchas las ideas innovadoras que se pueden ver en redes sociales en lo que respecta a comunicar. Ya la comunicación se ha monetizado como el más valioso activo que pueden tener las personas.

El hombre ha pasado los años buscando el sentido a la vida, la esencia y esto le ha llevado a juzgar, analizar y comparar. Se busca por diferentes caminos llegar al destino de lo que se busca y las estaciones se hacen cada día en páginas, ventanas virtuales y videos. Hay una frase metafórica bien descriptiva que cita: “El que quiere leche, que busque su vaca”. Cada persona ha sacado dentro de si su esencia filtrada.

Personas comunes y corrientes comunican sus talentos, sus testimonios, sus soluciones a una masa de personas que están a a la espera de recibir un mensaje diario. La información comunicada tiene menor tiempo de vigencia, es más dinámica y debido a su alcance tan drástico esta siendo mas iluminada y menos procesada. La actual época ha llevado a cambios de pasos agigantados en todas las esferas, las profesiones han pasado a una comunicación de pantallas, por citar algunos ejemplos.

Todo lo antes mencionado invita a reflexionar si al cerrar las puertas de las casas nos quedamos con esa comunicación de petición a otros a través de pantallas o celulares, lo que podemos adquirir dentro de nuestros hogares cara a cara, con calor humano, con ese escuchar un tono de voz, con el poder contactar. Se está haciendo una petición comunicacional fuera de nuestros reales escenarios (familia, amistades, vecinos).

Se está cada día mirando menso a los ojos y más a los lentes de cámaras, abrazando menso a nuestros seres humanos y tocando más un teclado. Recordemos que la real petición que se debe hacer con la comunicación es contactar con el otro, con no solo sus ideas, sus sentimientos, sino además con su esencia con calidez humana.


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