septiembre 7, 2024

Un baño de votos, no de sangre

Un baño de votos, no de sangre

Jesús Sánchez Meleán

En un reciente encuentro con corresponsales extranjeros, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva expresó su preocupación y sorpresa ante la declaración del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien amenazó con un “baño de sangre” si llegase a perder las próximas elecciones en Venezuela. Lula, un líder experimentado y defensor de la democracia, no dudó en manifestar su descontento y en enviar un contundente mensaje a Maduro.

“Me asusté con esa declaración”, confesó Lula, quien también comentó que ya había conversado en dos ocasiones con Maduro para advertirle sobre la importancia de respetar el proceso democrático. “En democracia, el que pierde se lleva un baño de votos, no un baño de sangre”, señaló el presidente brasileño, destacando la necesidad de que el líder venezolano aprenda a aceptar la derrota y prepararse para futuras elecciones.

Lula da Silva, un líder con una trayectoria de lucha sindical, múltiples derrotas electorales, un mandato presidencial exitoso y un periodo en prisión, cuenta con la autoridad moral y política para enfrentar a los regímenes autoritarios. Su carrera es un ejemplo de resiliencia y compromiso con los principios democráticos, algo que figuras autoritarias como Maduro deberían considerar seriamente.

Las palabras de Lula deben ser escuchadas y consideradas con seriedad, no solo por Maduro y su gobierno, sino por toda la comunidad internacional. La advertencia de Lula subraya que, en una democracia verdadera, las elecciones son una herramienta para el cambio pacífico y no una excusa para la violencia. La metáfora del “baño de votos” versus el “baño de sangre” es una poderosa imagen que resalta la diferencia entre un sistema democrático y uno autoritario.

Es crucial que, ante la amenaza de Maduro, se refuerce la vigilancia internacional y se promueva una transición pacífica y ordenada en Venezuela. El mensaje de Lula es claro: la democracia debe prevalecer y los perdedores deben aceptar su derrota con dignidad, preparándose para futuras contiendas electorales sin recurrir a la violencia.

Jesús Sánchez Meleán

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