noviembre 8, 2025

Trump rompe el diálogo secreto con Maduro, revela The New York Times

DEJA ABIERTA LA PUERTA A SANCIONES Y OPCIONES MILITARES

Redacción El Comercio de Colorado

El presidente Donald Trump ordenó suspender todas las negociaciones diplomáticas que su gobierno mantenía con el régimen de Nicolás Maduro, según reveló The New York Times y confirmaron varias agencias internacionales. La decisión pone fin a un canal reservado de comunicación que funcionaba desde mediados de 2025 bajo la mediación del enviado especial Richard Grenell, quien lideraba contactos discretos con altos funcionarios venezolanos.

Fuentes cercanas a la Casa Blanca indicaron que Trump tomó la medida tras una conversación directa con Grenell, en la que expresó su frustración por la falta de avances y por la negativa de Maduro a aceptar una transición de poder o cualquier forma de concesión política. El mandatario también habría reaccionado con molestia al rechazo del gobierno venezolano frente a las acusaciones de narcotráfico presentadas por Washington.

Máxima presión contra régimen de Venezuela

De esta manera, el canal que buscaba reducir tensiones y explorar salidas negociadas queda totalmente paralizado. Medios como Bloomberg y El País señalan que la suspensión marca un giro radical en la política estadounidense hacia Venezuela, dejando solo abiertas las vías de presión máxima. Estas vías serían las sanciones económicas más duras, acciones encubiertas y, potencialmente, operaciones militares focalizadas en territorio venezolano bajo el argumento de la lucha contra el narcotráfico.

El cierre del diálogo llega en un momento de creciente tensión regional. Estados Unidos mantiene en el Caribe una presencia militar reforzada, con al menos ocho buques de guerra, un submarino de ataque rápido y más de 4.500 soldados. Estas maniobras, justificadas oficialmente como parte de una estrategia antidrogas, son vistas por Caracas como un intento de “cambio de régimen”.

Respuesta de Maduro

Desde Caracas, el presidente Nicolás Maduro desestimó las informaciones sobre la orden de Trump. “Ellos no tienen relaciones diplomáticas con nosotros, y nosotros tampoco con ellos”, afirmó durante un acto con embajadores de Rusia, China y otros países aliados. El mandatario aseguró que su gobierno mantiene “alguna vía de comunicación” con Washington, aunque insistió en que Venezuela “no depende de los gringos, sino de su propio esfuerzo y de su pueblo”.

Analistas consultados por distintos medios interpretan la ruptura del canal diplomático como una señal de que Trump busca endurecer su postura frente a los gobiernos que considera hostiles en el hemisferio. La medida también podría responder a un cálculo político interno: mostrarse firme en política exterior de cara a la recta final de su mandato y en medio del debate sobre seguridad y narcotráfico.

El analista internacional Brian Winter, citado por Reuters, considera que esta decisión “acerca a Washington a un escenario de confrontación directa con Caracas”. Según explicó, sin un canal diplomático, “la capacidad de contención se reduce, y cualquier incidente fronterizo o militar podría escalar rápidamente”.

Dependencia de Rusia y China

En Venezuela, el impacto inmediato será el aislamiento diplomático y la pérdida de su único puente directo con Washington. Esto podría traducirse en nuevas sanciones financieras y mayor presión sobre las exportaciones de crudo y gas. Además, la suspensión del diálogo refuerza la dependencia de Maduro respecto a Rusia, China e Irán, los principales respaldos internacionales de su régimen.

Por ahora, no se prevé una reanudación de contactos formales. La Casa Blanca ha elevado a 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Maduro, y el debate sobre un eventual cambio de régimen se intensifica en el Congreso estadounidense. Legisladores de ambos partidos han advertido sobre los riesgos de una intervención militar y pidieron supervisar cualquier acción que pueda desestabilizar aún más a la región.

La ruptura del diálogo secreto con Venezuela simboliza así el paso de la diplomacia a la presión abierta. Con el canal de Grenell cerrado, Washington apuesta nuevamente por el aislamiento y la coerción, mientras Caracas se atrinchera en su narrativa de resistencia. Lo que está en juego ya no es solo el futuro político de Maduro, sino la estabilidad de toda la región.