
DESDE EL PASO, TEXAS| Personas saludan a sus familiares al otro costado del muro que separa la frontera entre México y Estados Unidos. (Foto/EFE)
RESISTEN MILITARIZACIÓN CON MÚSICA, FLORES Y UNIDAD
Redacción El Comercio de Colorado
Decenas de familias separadas por las políticas migratorias de Estados Unidos se reunieron en la frontera entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso,Texas, con el corazón cargado de esperanza, tristeza y rebeldía. Fue el Día de la Madre, y el tradicional evento binacional Abrazos, No Muros —que permite a familias separadas abrazarse por breves minutos en medio del muro fronterizo— fue cancelado por segundo año consecutivo, esta vez por motivos de seguridad asociados a la militarización impuesta por el gobierno federal de EEUU.
“Nuestro evento número doce fue cancelado”, confirmó con pesar Margarita Arvizu, representante de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR), desde el lado mexicano. La organización atribuye la suspensión a las restricciones impuestas por la declaración de zona militarizada, que impide realizar actos comunitarios en esa franja limítrofe. Este evento, que solo se había detenido antes por la pandemia de covid-19, representa para muchas madres el único momento del año en que pueden tocar a sus hijos migrantes.
Al ritmo de Las Mañanitas y Amor Eterno
En respuesta, la BNHR organizó una manifestación pacífica con el nombre Madres de la Frontera: Amor Sin Fronteras, que se llevó a cabo de manera simultánea en ambos lados del muro. Con mariachis, flores, marionetas gigantes y pancartas, los asistentes convirtieron la tristeza en protesta y el dolor en un mensaje de unidad. Para mujeres como María Luisa, madre separada de su hija desde hace quince años, la cancelación fue devastadora. “Mi hija, también madre está allá. Este evento era lo único que nos quedaba. Era muy hermoso”, contó.
En el lugar se escucharon canciones como Las Mañanitas y Amor Eterno, interpretadas al mismo tiempo desde ambos lados de la frontera, como un acto simbólico de conexión. “Las rosas que entregamos representan amor, esperanza y resistencia”, dijo Arvizu. Elba María Rosales, otra asistente, resumió el sentir general: “No nos dejaron abrazarla. Esos tres minutos que antes nos daban significaban todo”. Ella responsabilizó a la administración Trump.“No les costaba nada dejarnos una hora”.
Recuperar el derecho a abrazar
Desde el lado estadounidense, activistas como Adriana Cadenas, de la Coalición Protegiendo Familias Migrantes, reforzaron el espíritu de lucha: “No importa cuántas leyes impongan, seguiremos aquí. Somos una sola comunidad”. El evento concluyó entre lágrimas y aplausos. Marina Cabral, residente en El Paso y originaria de Juárez, pudo ver a su madre desde el otro lado del muro tras 14 años sin contacto físico. “No pude abrazarla, pero verla bien me da paz. Seguiremos luchando por ese abrazo”.
Pese a las barreras físicas y políticas, la frontera también sigue siendo un lugar de esperanza, donde las familias convierten el dolor en resistencia y la ausencia en organización. La demanda es clara: recuperar el derecho a abrazar.
También te puede interesar:
Chihuahua despide con cariño al papa Francisco
Exigen justicia por incendio en estación migratoria
otras noticias
Confirman nuevo caso de sarampión en Denver
Régimen chavista detiene a Juan Pablo Guanipa y otros 50 opositores
Trump propone aranceles del 50 % a productos europeos