Jesús Sánchez Meleán
Tengo que volver a mencionar a Aaron Rodgers en un artículo. Me sigue asombrando la forma en la cual esta estrella del fútbol americano aborda el tema de la salud pública. Resulta que anda iracundo porque se considera insultado por el presidente Joe Biden. Con toda razón el presidente norteamericano señaló que la más reciente ola de contagios debido a la variante Ómicron del coronavirus fue la responsabilidad del 30 por ciento de los norteamericanos no vacunados. Rodgers forma parte de ese 30 por ciento.
En específico, Biden dijo, “esta crisis es causada por los no vacunados”. Y tiene toda la razón. La cepa dominante en la actualidad, que representa el 98 por ciento de los nuevos casos de covid-19, es altamente contagiosa. La cepa llegó a establecerse porque los no vacunados le permitieron al virus el seguir mutando. Déjenme decirles que ya apareció otra variante que es como una prima-hermana de la actual cepa del Ómicron. Y van a aparecer otras. Mientras existan personas no vacunadas se deja espacio para que el virus permanezca, se perpetúe.
Vergüenza le debería dar a Rodgers el que su país tenga un porcentaje mucho menor de vacunados en comparación con las 10 economías mas desarrolladas del mundo. EEUU tiene solo un 71 por ciento de su población vacunada. Si se compara con el resto del mundo seria aun más penoso. Israel, Costa Rica, y Australia, supera el noventa por ciento de su población vacunada. Peor aun, las cifras ya están mostrando que las personas no vacunadas representan en EEUU un poco más del 45 por ciento del total de fallecidos por covid-19 desde 2020.
Rodgers está en la misma página del combativo senador por Kentucky, Rand Paul. Este “gallito de pelea”, ha seguido teniendo en la mira al doctor Anthony Fauci. Paul quiere exterminar políticamente a Fauci y lo hace “machacando” el argumento de la inmunidad de rebaño. Si el gobierno federal norteamericano hubiese seguido los consejos del senador Paul se hubiese registrado hoy mucho más que cuatro millones de fallecimientos en EEUU. La estrategia propuesta por Paul ha sido no hacer nada; de no proteger a nadie.
Paul es un “libertarian” y por lo tanto rehúye a cualquier tipo de mandato. Y yo puedo coincidir en parte con él en eso de que el libre albedrío y las decisiones personales son la clave para lograr la solución de la crisis. En lo que Paul falla es en resaltar la hipotética inmunidad colectiva. El argumento de Paul da cabida a las “fiestas del covid-19”, esas en las cuales las personas asisten para contagiarse del virus. Los que van a esas fiestas son antivacunas y ellos consideran que al contagiarse ya todo se termina.
Eso no es cierto. Al llegar una nueva cepa, esos contagiados en las “fiestas del covid-19” se van a volver a contagiar con el virus. La inmunidad colectiva no se va a alcanzar hasta que se alcance un nivel de vacunación cercano al 100 porciento. Por lo pronto, le recomiendo a Paul y a Rodgers, que se busquen un buen mariachi. Acto seguido deben entonar al unísono el famosísimo tema de José Alfredo Jiménez, “Si nos dejan”. Este tiene una estrofa que dice “juntitos los dos”.
Ellos están juntitos compartiendo la gran equivocación que los previene de exhortar a la gente a que se vacune contra el covid-19 para terminar con esta crisis.
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