Corea del sur y Japón ganaron la batalla contra el coronavirus

LA PREVENCIÓN Y LAS PRUEBAS GRATUITAS HAN SIDO LAS CLAVES

Por Abel Flores

El coronavirus se originó en China y uno de los principales países fronterizos que corría peligro de contagio era Corea del Sur. Pero los surcoreanos han dado un ejemplo y cuentan con la tasa de mortalidad más baja del mundo con tan solo 45 decesos desde enero.

El modelo surcoreano se basa en la detección temprana del covid-19 para así aislar al paciente antes de que, incluso de forma asintomática, pueda transmitir el virus. Para ello han realizado gratuitamente y en casa hasta 400 mil test, unos 20 mil diarios.

Este modelo preventivo ha evolucionado hasta tal punto que hoy en día los surcoreanos cuentan con aplicaciones de teléfono que les permiten saber exactamente lugares donde se han reportado casos positivos e incluso trayectos por donde han pasado contagiados para que eviten circular por estas zonas.

Japón y su mística

La cultura milenaria japonesa tiene dos características muy marcadas: disciplina y pulcritud. Dos actitudes por cierto no tan comunes en el mundo occidental. Y apegados a sus costumbres los nipones pueden vanagloriarse de estar luchando contra el coronavirus sin cambiar su estilo de vida.

En Japón continúan casi todos trabajando. Las escuelas están abiertas. Los restaurantes reciben clientes para comer dentro del establecimiento. Las familias van al parque e incluso hay juegos de beisbol. La clave: distanciamiento social y limpieza estricta. Solo desde este punto de vista se entiende por qué la opinión pública japonesa quería que se disputara este verano las Olimpiadas en Tokio.

Gobiernos occidentales desconcertados

Los países de Europa (menos Alemania) y América (salvo México que es un caso atípico) se han enfocado más en la cuarentena obligatoria y en el aislamiento social, dos conceptos autoritarios, antidemocráticos y con repercusiones destructivas en la economía.

Se estima que hasta esta semana hay detectados en el mundo unas 415 mil personas y solamente en Estados Unidos en los últimos días han quedado sin empleo un millón de personas. El remedio no puede ser peor que la enfermedad y se debe entender y difundir urgentemente que la lucha contra el coronavirus es preventiva y a largo plazo.