Acusaciones de racismo contra casa real sacuden sociedad británica

Acusaciones de racismo contra casa real sacuden sociedad británica

REACCIÓN| Diarios británicos están tratando el tema del racismo. (Foto/EFE)

LUEGO DE LA ENTREVISTA DE MEGHAN Y ENRIQUE

Enrique Rubio/Agencia Efe

El Reino Unido trató de digerir, como un boxeador noqueado, los inéditos ataques lanzados por los duques de Sussex, Enrique y Meghan, contra la casa real británica, a la que acusan de racismo y hostigamiento psicológico. Las cargas de profundidad fueron tan numerosas y de tal enjundia que el diario conservador “Daily Telegraph” aconsejó a los “royals” un chaleco antibalas para hacerles frente, a la vista de que no les bastará con “esconderse tras el sofá”.

Que el Palacio de Buckingham esconde una gelidez casi inhumana era algo que se presumía desde que Diana de Gales reveló sus entresijos antes de morir. Pero las denuncias de racismo que vertieron tanto Enrique como Meghan en su entrevista televisada en EE.UU. encierran graves implicaciones políticas. “En los meses en que yo estaba embarazada, hubo preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera”, dijo Meghan, aunque no identificó el origen de esas palabras.

Posteriormente, la entrevistadora, Oprah Winfrey, explicó que los duques le habían dejado claro que el autor de esos comentarios no era la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe. Enrique echó más leña al fuego en un extracto de la entrevista no emitido por la CBS pero divulgado posteriormente por redes sociales en el que aseguró que la pareja había abandonado el Reino Unido “en gran parte” por el racismo. La herida que se abre es profunda. Trasciende las rencillas familiares tan características en la Casa de los Windsor.

Críticas republicanas

El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, fue contundente al calificar de “muy muy graves” las alegaciones de Enrique y Meghan y pedir una investigación al respecto. “Esto es más grande que la familia real. Durante demasiados años hemos desdeñado estas cuestiones y hemos estado dispuestos a dejarlas de lado”, afirmó. Agregó que la denuncia “es un recordatorio de que demasiada gente sufre racismo en el Reino Unido del siglo XXI”, por lo que hay que tomarlo “muy seriamente”.

Por su lado, el primer ministro, Boris Johnson, optó por la discreción y prefirió no sumarse a Starmer, para despachar con un “no comment” todas las preguntas que le formularon al respecto los periodistas. “Tengo la mayor admiración por la reina y por el papel unificador que desempeña”, se limitó a decir. Y en este momento de jaque a la reina, los republicanos británicos aprovecharon para pedir “un debate nacional abierto y franco” sobre el futuro de la monarquía en el país.


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