Chihuahua

Refuerzan frontera con tecnología, soldados y nuevos muros

STRYKER AND SOLDIERS| Vehículo blindado que vigila la frontera. (Fotos/ Morgan Smith)

EL RETO DE CONTROLAR LOS CRUCES ILEGALES

Por Morgan Smith

Corresponsal en el sur de EEUU que ha recorrido mensualmente la frontera en los últimos 15 años

Son las 5:30 de la mañana en Sunland Park, Nuevo México. Aún es de noche cuando un grupo de soldados, agentes de la Patrulla Fronteriza, periodistas, mi esposa y yo nos reunimos para iniciar un recorrido por la frontera. Gracias al mayor Edward Alvarado y al agente Claudio Herrera, logramos acceso a zonas clave del muro fronterizo. Nuestra primera parada fue en el muro que separa a Sunland Park de Anapra, México.

Esta área era conocida por el alto número de cruces ilegales. En abril de 2019, vi cómo migrantes corrían cerca del fin abrupto del muro, cerca del Monte Cristo Rey. Hoy, la situación es muy diferente. Hay barreras estilo Normandía para impedir el paso de vehículos ligeros como cuatrimotos, y una carretera en la ladera permite detectar grupos de migrantes antes de que crucen. Las torres de vigilancia automatizadas han sido fundamentales para reducir los cruces.

El próximo paso será extender el muro sobre el Monte Cristo Rey, una obra costosa pero clave, según las autoridades. Seguimos el muro hacia el puerto de entrada de Santa Teresa. A lo largo del trayecto, se observan múltiples cortes hechos por “coyotes” para facilitar el paso ilegal. Aunque muchas secciones ya han sido reforzadas con barrotes metálicos verticales, la solución ahora es levantar un segundo muro paralelo. Vimos ya los primeros tramos en construcción.

Refuerzan frontera con tecnología, soldados y nuevos muros

Vehículo blindado Stryker

La tercera parada, y la razón principal de esta visita, fue conocer de cerca un vehículo blindado Stryker. En 2019, soldados provenientes de Fort Polk, Luisiana, hablaban libremente sobre su misión. Hoy, el acceso a ellos es mucho más restringido. Este recorrido solo fue posible por el apoyo del mayor Alvarado. El Stryker, desplegado este año desde Fort Carson, Colorado, es parte del esfuerzo por mostrar fuerza.

Uno de los sargentos, Nevarez, nos presentó dos herramientas clave. La primera un inhibidor de drones usado para bloquear dispositivos del narcotráfico. El segundo fue un aparato de sonido direccional para advertir a los migrantes en Anapra que están siendo observados. Aunque estas tecnologías parecen eficaces, pero no han sido el factor de disuación principal. El número de cruces ilegales ha disminuido y algunos soldados temen que la monotonía afecte su moral.

La gran pregunta persiste

¿Es sostenible este nivel de militarización? La Patrulla Fronteriza enfrenta el grave problema de que muchos agentes están por jubilarse. Debe ser prioridad retenerlos y contratar más personal, incluyendo mujeres, que hoy representan solo el 5% de los agentes. También se requiere modernizar el proceso de selección. La prueba del polígrafo, que puede durar hasta siete horas, desalienta a muchos postulantes.

Y es vital seguir invirtiendo en tecnología como torres de vigilancia autónomas. El despliegue militar es costoso, pero si ayuda a demostrar que la frontera está bajo control, podría valer la pena. Como dijo el periodista Thomas Friedman: “Necesitamos un muro alto con una gran puerta”. Solo mostrando control sobre los cruces ilegales podremos reinstituir un sistema de asilo justo para quienes sí siguen la ley.