Deportan a padre de cinco norteamericanos

JORGE ZALDÍVAR NO TENÍA ANTECEDENTES PENALES

Redacción El Comercio de Colorado

Jorge Zaldívar Mendieta, padre de cinco estadounidenses, fue deportado a su país natal, México. La deportación de Zaldívar ocurrió después de presentarse a una cita con las autoridades migratorias. Este mexicano descartó el buscar refugio en alguna iglesia local para evitar su deportación.

Zaldívar, de 44 años, había llegado a Estados Unidos en 1997. Prácticamente desde aquella fecha comenzó a gestionar su presencia legal en el país. Luego, un accidente de tráfico en 2008, en el que él se vio involucrado, perjudicó esos trámites. En noviembre pasado, ya con orden de deportación, cumplió con su cita migratoria en vez de pedir santuario.

Deterioro de su salud

Como resultado, el 13 de noviembre fue detenido y trasladado hasta la cárcel privada de inmigración en Aurora. En ese centro de detención permaneció por un poco más de dos meses. Christina, su esposa quién es ciudadana estadounidense, viajó a principios de mes a México para esperar allí a su esposo y para hacer arreglos para su cuidado médico.

La salud de Zaldívar aparentemente se vio afectada por los dos meses en el centro de detención. De hecho, la activista local Ann Morrill, quien frecuentemente visita ese centro de detención, publicó una carta abierta a favor de Zaldívar, calificando de “horrorosas” y “desastrosas” las condiciones de su encarcelamiento en Aurora.

En su carta, Morrill reveló que Zaldívar perdió unos nueve kilos durante su tiempo en el centro de GEO. Durante su detención se agudizó su depresión y su diabetes. Zaldívar, dijo la activista, “trabajó incesantemente y pagó decenas de miles de dólares” para regularizar su situación. Pero el pedido fue “continuamente rechazado”.

No escucharon su apelación

Cuando Zaldívar fue detenido en noviembre pasado, Laura Lichter, su abogada, indicó que el arresto era innecesario. Lichter considera que Zaldivar “no representa un riesgo de fuga ni un peligro para nuestra comunidad”. Y en cuanto a la deportación, la abogada expresó en aquel momento que resultaba de “gran preocupación”.

Lichter considera que las autoridades de inmigración no han debido ejecutar la deportación antes de que la corte pudiera revisar sus apelaciones. Por su parte, en su página en Facebook, Cristina indicó que ahora sólo quiere que su esposo recupere su salud, lamentando el daño que su “propio gobierno” le causó a su familia.