Hogar y Salud

¿Dejar de envejecer?

Ismael Cala

Siempre digo que, primeramente Dios, quisiera poder vivir 137 años igual que el personaje bíblico de Ismael. Dos noticias me impactaron y me llevaron a reflexionar acerca de envejecer.

Por una parte, las declaraciones de la actriz Sarah Jessica Parker quien, ante los insistentes comentarios sobre su apariencia fue enfática al señalar “¿qué voy a hacer al respecto? ¿dejar de envejecer? ¿desaparecer?”.

En la otra acera, me encontré con una nota de la BBC de Londres. El médico e investigador David Sinclair se atrevió a afirmar que podremos tratar el envejecimiento como una enfermedad que se pueda retrasar e incluso revertir a través de medicamentos.

Por mi lado estoy con Sarah, ya que estoy seguro de que esos cuestionamientos que enfrenta no serían los mismos si fuese un hombre. Pero al mismo tiempo, me inclino hacia la posición de Sinclair. Creo que podemos envejecer con dignidad y con mucha salud.

La teoría de Sinclair se basa en un tema que hemos debatido. Apenas un porcentaje mínimo de las enfermedades que aquejan al ser humano las traemos precargadas en los genes. Mientras que el 80 por ciento de los padecimientos se pueden evitar.

Se trata de la epigenética. Es el estudio de todo aquello que está por encima de la genética y que más bien tiene que ver con las condiciones y el entorno en el que nos desarrollamos como seres humanos.

Todos sabemos lo que debemos hacer. Alimentarnos de forma saludable; hacer ejercicio al menos media hora 30 minutos cada día; y dormir una cantidad razonable de horas para darle al cuerpo la oportunidad de descansar.

No esperemos el Año Nuevo para aplicar estas sencillas prácticas. Empieza desde hoy y cuando menos lo esperes, ya estarás más encaminado al encuentro de tu salud ideal así como a una vejez sana y feliz.

Todavía como sociedad tenemos mucho que evolucionar para evitar que las reacciones sean como las de Sarah Jessica Parker. Todos, del género que sea, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de cuidarnos para envejecer dignamente, por dentro y por fuera.