Venezolanos ven en su regularización una esperanza de futuro

Venezolanos ven en su regularización una esperanza de futuro

EN LAS CALLES DE BOGOTÁ| Migrante venezolano Miguel Ángel Díaz Castillo mientras trabaja como vendedor de estuches para celular. (Foto/EFE)

COLOMBIA APRUEBA ESTATUTO DE PROTECCION TEMPORAL

Irene Escudero/ Agencia Efe

Abrir una cuenta en un banco y emprender un local de comidas o tener la certeza de que sus hijos puedan ser atendidos en un hospital. Los migrantes venezolanos en Colombia confían en que el nuevo Estatuto de Protección Temporal anunciado por el gobierno les sirva para cosas tan sencillas como esas. Maryann Flores y José Acosta llegaron a Colombia hace dos años. Primero lo hizo él, y seis meses después ella y sus tres hijos cruzaron la frontera en un autobús en dos asientos para todos.

José comenzó a vender tintos (café) con dos termos en el principal mercado al por mayor de Bogotá, de donde lo sacaban varias veces al día los guardias de seguridad. Mientras, Maryann limpiaba casas. O trabajaban en lo que les saliese, desde hacer el aseo en un geriátrico a vender galletas en autobuses. “Eso era lo que más nos asfixiaba porque si no salías un día, ese día no generabas lo que tenías que pagar. Y era a veces desesperante”, cuenta José, en su vivienda de dos habitaciones en Bosa, un populoso barrio del extremo sur de Bogotá.

Buscarse la vida en un futuro incierto

Están acostumbrados a buscarse la vida, a no dejar de trabajar en lo que salga porque, aunque ella es enfermera y en Venezuela trabajó en una prestigiosa clínica y luego tenían un negocio de comida juntos, lo que les sacó del país es la precariedad y el no poder asumir el precio de los alimentos. Como casi dos millones de compatriotas suyos, decidieron irse de su país rumbo a Colombia, enfrentando un futuro muy incierto. Uno de los mayores éxodos del mundo actual.

La situación de su familia es regular, pues a las pocas semanas de llegar consiguieron el Permiso Especial Temporal de Trabajo (PETT), pero eso no les libró de las trabas para conseguir entrar en el sistema de atención hospitalaria y de que los bancos les denieguen aún una cuenta bancaria. El PETT es un papel impreso, que empresas y bancos no dan por válido en muchas ocasiones, y que ha llevado a la segregación a muchas personas que con todas las de la ley tienen derecho a permanecer en el país.

No poder acceder a un trabajo formal

Por eso, cuando Maryann escuchó el anuncio del Gobierno que abría la puerta a la regularización de los migrantes venezolanos se le encogió el corazón, y solo pudo sentir alegría por ella y por el resto de su comunidad. El Gobierno colombiano, junto al Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), anunció una medida inédita que establece la protección por diez años de venezolanos que hayan entrado a Colombia antes del 31 de enero de 2021.

Una medida a la que se pueden acoger también los más de 950.000 venezolanos que están en situación irregular, como Miguel Ángel Díaz, un joven, que como tantos otros, recorre las calles de Bogotá con una carreta vendiendo carcasas para el celular y pantallas protectoras. Al no poder acceder a un trabajo formal, porque no tienen papeles o cuenta bancaria, las calles colombianas están repletas de vendedores ambulantes o jóvenes que transitan la ciudad en bicicleta cargando a la espalda los repartos de comida de los colombianos.

Esperanza, alegría, tranquilidad

El anuncio le ha traído esperanza. “Hay una sensación general en los venezolanos de alegría y de tranquilidad, sobre todo en aquellos que se encuentran en una condición migratoria irregular porque van a poder mejorar su calidad de vida”, asegura el vicepresidente de la Colonia Venezolana en Colombia (Colvenz), Toni Vitola. Es el sentimiento general de la comunidad venezolana, que siente que por fin dejarán de ser “ilegales” y se convertirán en ciudadanos de nuevo fuera de su país.

“Nos pone en un aprieto a las organizaciones que atendemos a la población migrante, porque el anuncio político sin los procesos de ejecución, genera muchísimas expectativas”, relata la presidenta de Juntos Se Puede, quien estos días no para de responder llamadas y whatsapp de compatriotas ansiosos. Cree que lo que hizo el Gobierno es muy importante, pero de momento es “un anuncio político” para el que aún no hay procesos de implementación. Y sobre todo, sabe que llevará tiempo convertir en regular a casi dos millones de personas.


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