Trump firma orden para atacar a carteles en Latinoamérica

PELIGROSA ORGANIZACIÓN| Carte Jalisco Nueva Generación (CJNG). (Foto/EFE)

LA REACCIÓN DE MÉXICO: “NO VA A HABER INVASIÓN”

Redacción El Comercio de Colorado

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha escalado su combate contra el narcotráfico con una medida sin precedentes. Se reporta que firmó una orden que autoriza al Pentágono a utilizar la fuerza militar contra los carteles en Latinoamérica. La noticia, revelada por el New York Times, se ha convertido en el punto de máxima tensión entre Washington y los países de la región.

Según fuentes familiarizadas con la decisión, citadas por el diario neoyorquino, la orden presidencial proporciona una base legal para que las Fuerzas Armadas estadounidenses realicen operaciones militares directas y unilaterales en territorio extranjero. Esta acción, la más agresiva de la administración Trump hasta la fecha, ya ha llevado al alto mando militar a elaborar planes de cómo ejecutar estas acciones.

El Gobierno estadounidense también estaría evaluando las serias implicaciones legales que esto conlleva, como la posibilidad de que se considere un “asesinato” si las fuerzas matan a civiles o presuntos delincuentes sin que representen una amenaza inminente. La iniciativa de Trump se enmarca en su lucha contra el tráfico de fentanilo, un opioide que, de acuerdo con Washington, es producido en por los carteles mexicanos.

Carteles, bandas y pandillas

En este contexto, el Gobierno ya había designado a seis carteles mexicanos como organizaciones terroristas en febrero. La orden también se extiende a otros grupos como la banda venezolana Tren de Aragua y la pandilla salvadoreña Mara Salvatrucha (MS-13). Esta revelación provocó que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, haya dicho “no va a haber invasión” de militares estadounidenses en México.

Sheinbaum asegura que cualquier colaboración con EEUU en materia de seguridad debe respetar la soberanía del país. Sin embargo, la postura de México subraya el delicado equilibrio entre la cooperación bilateral y la defensa de su soberanía en un momento de creciente presión por parte de Estados Unidos.