LUEGO DE 55 DÍAS DE CONFINAMIENTO
Roma/ Agencia Efe
Italia, el país europeo más golpeado por el coronavirus, inició hoy con gran cautela la fase de desescalada gradual de las medidas de emergencia, después de 55 días de confinamiento estricto en todo el país y aún más en las regiones del Norte, donde comenzó la epidemia. Unos 4,5 millones de personas que estaban confinadas volvieron a sus trabajos, con la reanudación de la actividad en industrias, construcción y comercio mayorista, sumándose a los empleados de negocios esenciales, como farmacias y alimentación, que nunca cerraron.
Y paralelamente, los ciudadanos gozan de más libertad de movimientos, con un leve alivio de las restricciones que les permite, entre otras cosas, salir a pasear, hacer deporte más lejos de casa o visitar a familiares, pero no a amigos. Todo ello con cuidado, distancias entre personas y mascarillas obligatorias en los lugares cerrados, el transporte o cuando haya gente cerca. A pesar de que la curva de contagios está en franco descenso, se multiplican los llamamientos de las autoridades a la prudencia y la responsabilidad.
Decisión responsable
El primer ministro, Giuseppe Conte, ha apelado a la responsabilidad en esta nueva etapa de “convivencia con el virus” y ha recordado que se ha podido llegar a esta “fase dos” “gracias al poderoso esfuerzo colectivo” y con “enormes sacrificios”. “Quiero subrayar que, igual que hemos abierto, podemos volver a cerrar. Los cierres serán automáticos si las cosas van mal”, afirmó por su parte Walter Ricciardi, asesor del ministro de Sanidad y miembro del consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en una entrevista al diario La República.
“Todavía estamos en una fase de riesgo. Necesitaremos dos semanas para ver cómo van las cosas”, añadió, y dijo que se necesita “iniciar un cambio cultural para vivir con el coronavirus”. También los dirigentes regionales advierten. “Nos jugamos el futuro”, señaló el presidente de Véneto, Luca Zaia. Y el de Lombardía, Attilio Fontana, recordó que “la emergencia no ha terminado. Hay que mostrar atención, respeto por las reglas, coraje. No olvidar las mascarillas, guantes, desinfectante y distancia”. Con la vuelta al trabajo de varios millones de personas, el transporte público es uno de los puntos críticos.
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